'My Other Side': el Dragon Ball maño

Los que me seguís en twitter o facebook ya sabéis que estoy a tope trabajando como parte de la organización de la Monstrua de cine chungo. La celebramos este sábado 24, y si sois de Madrid, os podéis acerca a disfrutar del peor cine, atención, de manera totalmente gratuita. Si sois seguidores de este blog no podéis faltar porque os podéis perder cosas... como esta.

El pasado año hicimos unas "olimpiadas de lo chungo" con pelis de cada continente. Por parte de Europa escogimos una película inusual, un auténtico salto al vacío, muy lejos de los fenómenos de culto de la serie Z que nos llegan prefabricados y mascados. No: My Other Side no es, precisamente, un Jesucristo Cazavampiros jiji jaja.. Se trata de un anime español. Es más: uno que rápidamente fue apodado por la concurrencia "el Dragon Ball maño" o "el Berserk español", por motivos que comprenderéis al ver las fotos.

"Anime español" es un oximorón: el anime es, por definición, japonés. Pero en la cabeza de su autor, de nombre artístico Big C.A. y tremendamente influenciado por este tipo de animación, no había otra manera de plasmar su historia que no fuera a través de su estilo, lenguaje y recursos. Dicho de otra manera: un chaval muy flipao de Zaragoza se propuso a hacer su propia pelis de dibujo, a imagen y semejanza de las epopeyas de Goku y compañía que tanto le gustaban.

Y encima lo hizo solo.

Como lo leéis. No es que no el tipo no contara, si quiera, con un pequeño estudio de animación. Es que no contaba con nadie: el sólo dibuja y anima todo el largometraje, además de encargarse del guión, la dirección y hasta parte del doblaje. Lo que viene a ser un egotrip en toda regla. Una peli para su lucimiento. Normalmente los resultados suelen ser malos. Esta no es una excepción.

La historia trata de Zakro, un legendario mercenario, especialmente cruel, que anda por ahí invadiendo un país pacífico a cambio de oro. Zakro es herido en batalla  y dejado a su suerte. Por fortuna (para él), es rescatado por una humilde familia que le cuida y le sana, enseñándole por el camino que el enemigo también son personas, que la vida y el amor es algo a ser protegido, y que la guerra no conduce a nada.

Un argumento que no es muy diferente de el de El último samurai, por decir algo. Por fortuna, cuenta con un giro muy a lo Superman III: su parte negativa es expulsada de su mente, pero cobra forma física y se dedica a hacer la puñeta por ahí. Jung estaría muy orgulloso. Para poder conocer la paz, lado bueno y lado malo tendrán que luchar en una última batalla.

Por algún motivo, Zakro, a pesar de ser un guerrero medieval, sabe lanzar rayos de energía que se guarda para los momentos más duros. ¿Por qué? Pues suponemos que... porque al autor le flipa Goku y ya está. Como además también le mola el God of War, el protagonista recibe todo tipo de efectos especiales cuando blande su espada, matando masillas a troche y moche con una serie de movimientos y rotaciones de las figuras ante los cuales es imposible no soltar una carcajada.

Como podéis ver, el señor Big C.A. realmente no tenía el nivel como para dibujar un tebeo; menos aún para hacer un largo de dibujos. Pero a base de Paint, 3Dstudio y mucha paciencia consiguió hacer una película con los "dibujos manga" de tu primo y un coloreado a lo rotuladores Carioca que da gloria verla. Hay algún momento que evidencia hasta cansancio: podemos imaginar al pobre autor hasta las narices de dibujar y haciendo chapucillas en algunas partes para poder salir del paso.

Y si los japos han desarrollado sus técnica de animación limitada, el amigo Big no va a ser menos. En su caso el tipo recrea una secuencia de animación y la clona a lo largo de un plano, repitiendo una y otra vez sus muñecos amorfos, repitiendo todos los mismos y escasos movimientos que había podido representar: una labor que en un estudio realizan decenas de personas, a cargo de un sólo individuo. Esos sí, muy cabezota y muy... flipado. Los resultados los podéis ver en el vídeo. Podeis verlos... y desesperad.

El nudo de la historia consiste en la reconversión del tipo de asesino a un tranquilo amante de la paz, a base de frasecitas de Pablo Cohello y las tonterías de un inocente y dulce crío. Durante este tramo la animación sufre menos, pero uno sufre con las situaciones de vergüenza ajena y ve de manera cristalina que Big C.A., como tú cuando hacías cómics, dibuja las tías aún peor que el resto de las cosas. Que ya es decir.

El desenlace es una apocalíptica batalla entre los dos Zakros a base de hostias, pasando por varios escenarios en los que se dan de palos. Dura bastante menos que la batalla con Freezer pero se hace aún más largo. Todo a ritmo de un ratonerísimo jebi medieval con grititos de la peor calaña: no había sitio para otra música que no fuera la más flipada del universo. Los asistentes a la Monstrua estuvieron a punto de salir a buscarnos con palos y antorchas, los pobres.

En realidad, My other side dice buenas cosas de su creador, al que imaginamos con una persona con la ilusión por crear y la disciplina necesaria como para sacar adelante ese proyecto. Por desgracia, el chico estaba aún verde en cuanto a dibujo y tenía la característica de todos los 'vanity project': un ego que evitaba que viera que lo que estaba haciendo no era tan buena idea. Le ha pasado a Josh Trank y le ha pasado él, puesto que no conoce de escalas.

Por lo que sabemos el amigo BIG subió su película a Youtube, pero cuando comprobó que la gente se tomaba a cachondeo su creación, procedió a retirarla, indignado ante las risas que provocaba en foros y comentarios. El pobre se retiró y la convirtió en una leyenda de la que pocos han podido disfrutar. Le hubiera venido bien, como a  tantos directores que tienden a rodearse de "yes men", escuchar a alguien que, de vez en cuando, le dijera "no".