¿Qué sería de la Comic-Con sin Jennifer Lawrence? Una convencioncilla de nada. Ella sola y su falta de filtros son el espectáculo, incluso en años como éste en el que anda por San Diego Bill Murray.
De hecho, una de las mejores imágenes que nos ha dejado por ahora esta Comic-Con es definitivamente la foto de Jennifer Lawrence conociendo a Bill Murray (y él le ha dicho que deberían trabajar juntos). Un clásico ya para ella: conocer mitos en la convención.
Pero a lo que vamos, además de contar anécdotas vergonzantes como que a veces para mezclarse en la masa de la convención deben ponerse máscaras y que esa mañana Josh Hutcherson, su compañero en Los juegos del hambre, la había asustado con una máscara puesta.
También dijo que a nadie ya le importa lo que pese, ni cómo sea su cuerpo, porque los estudios simplemente la quieren, está claro que están más preocupados de lo que vale ella en taquilla. Y vale mucho. 20 millones de dólares, de hecho.
Y, por último, anoche fue al programa de Conan O'Brien con sus compañeros Hutcherson y Liam Hemsworth, y Jennifer Lawrence acabó cantando, bueno interpretando con cuerpo y alma, Believe, de Cher. Un espectáculo, como siempre.
Antes del cante, O'Brien le pregunta a Jennifer Lawrence por la canción que interpretó para la primera parte de Los juegos del hambre: Sinsajo, y que se coló en la lista Billboard. Y ella le dice que si hubiera hecho pedorretas también habría sido número uno. De esta forma tan saludable se toma su increíble éxito. "No fui yo", le dice. "Uno de mis mayores miedos es cantar delante de gente". Quién lo diría. Si sus colegas le dan pie, Lawrence salta.
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