CINEMANÍA nº 230

Iconos animados
CINEMANÍA nº 230
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DIRECTOR´S CUT: Todo es fabuloso

1. JAPONIUM. Ahora todo por fin tiene sentido. El futuro es maravilloso. Acabo de enterarme de que mi llorado Mazinger Z, al que vi arder por la tele en unas Fallas de Valencia de mi infancia, estaba hecho de japonium, un supermineral descubierto en un yacimiento secreto cerca del monte Fuji (en el Japón de los dibujos animados no hay lugar más concurrido, parece). Un material ignífugo, por supuesto. ¿Cómo pude vivir así de engañado? Fronteras de la generación Wikipedia al margen, el mundo se divide entre los que vieron una película de animación la primera vez que fueron al cine y los que fuimos a ver lo que hubiese, en el erial de la cartelera animada de aquellos tiempos. Hoy es difícil que la primera experiencia cinematográfica de un niño no sea un filme de animación, en cualquiera de sus formas. En el origen no fue el verbo, fue un dibujo en la pared de una cueva.

2. ¡ADELANTE MIS 43!  Hubo otros tiempos, de hambre animada en el cine mientras esperabas un reestreno de un clásico de Disney, y sobredosis en casa con los cartoons de Looney Tunes y Merry Melodies, los del tándem Hanna-Barbera, los de la Mirisch Company, los primos de ojos grandes de Marco y las maravillosas españoladas de Claudio Biern y su BRB. De entre la mezcla de mitos del humor y la difusa psicodelia de aquella época, recuerdo un anuncio televisivo con dibujos de colores, en un rotoscopiado primitivo que animaba el cotarro vendiendo un espirituoso desde el Telefunken al grito de ‘‘¡Adelante mis 43!’’. No, no llevo una sobredosis de Licor 43: para los que vivimos como un hito el día (allá por 1980, en el capítulo Soup or Sonic) en el que El Coyote (versión liliputiense) atrapaba por fin (aunque inútilmente) al Correcaminos (bip, bip), el panorama actual de la animación es una gozada y había que celebrarlo. El entusiasmo nos desborda porque el sueño de la infancia eran dibujos animados 24/7. Y además ahora siempre tenemos a mano un buen puñado de inmensas propuestas de animación para adultos. Todo es fabuloso, ¿verdad? Ya lo decía Emmet en La LEGO película. Por cierto, el icono de animación de 2014, de largo, con mucho. El número 44 de nuestra lista.

3. LOS TRES ESCOBAR.  El dibujante Escobar ya era mi héroe antes incluso de conocer la historia de su enfrentamiento con el todopoderoso Walt Disney a cuenta de su versión castiza (que viene de casta y no de mesón castellano) de La Cenicienta en los años 50 (es por historias así que se hacen las revistas: corred a leer la pieza de Yago García en la página 59). Por ser el dibujante de Zipi y Zape, sí, con título de papá compartido con don Pantuflo Zapatilla. Pero también porque, siendo un servidor hijo de futbolista (“hay gente pa tó”, decía El Guerra) y forofo de los gemelos, descubrí un día en una de sus viñetas el siguiente diálogo: “Sí, sí, Marañón es un buen extremo”, decía Zipi; “Pero no te olvides de Rexach”, respondía Zape. Josep Escobar, ídolo eterno. Aunque CINEMANÍA va mucho más allá de las ridículas intimidades de su director. Faltaría más: por eso este mes, no contentos con un Escobar, tenemos tres. Al ufano don Josep, le añadimos a Don Luis (pongámonos en pie), el actor aristócrata que coleccionaba especímenes de vello púbico femenino en La escopeta nacional y a Pablo Escobar, el narco que interpreta Benicio Del Toro. Hollywood, cine español, fantasías animadas de ayer y de hoy… ¿O pensabais que nuestra locura era pasajera?

P.D.  Soy perico porque el mundo me hizo así y porque mi padre jugaba (yo mismo fui canterano) en el Real Club Deportivo Espanyol, el equipo más vinculado (Biern también es blanquiazul) al cine de animación: los cortos de Felix the Cat, aquí llamado Gato Perico, estaban de moda en los cines de Barcelona y toda España en los años 20. Como el Espanyol reunía a menos hinchas que su rival, el Barça, los diarios satíricos culés empezaron a dibujar 4 gatos con la cara de Félix/Perico para referirse a los espanyolistas, ya pericos para siempre. El mote balompédico más animado. 

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