10 juegos de mesa que nacieron en el cine

Tras investigar para nuestro reportaje sobre juegos de mesa basados en películas, en CINEMANÍA nos dimos cuenta de lo fácil que resulta darle la vuelta a ese concepto. Porque, en nuestras películas favoritas (y no digamos ya si son de ciencia-ficción o fantasía) los juegos de tablero imaginarios abundan por doquier... Y, gracias al merchandising y otras artimañas, muchos de ellos tienen su contrapartida en el mundo real. Algunos de los pasatiempos que te enseñamos aquí vienen de las sagas Star Wars y Star Trek, otros nacieron en series de TV e incluso los hay que llevan la firma de directores de prestigio. Y todos tienen muy buena pinta...

Lo vimos en... Star Wars (La guerra de las galaxias) (G. Lucas, 1977)

El juego: Una especie de mezcla de ajedrez y videojuego de lucha con hologramas. Sabemos que hay un tablero a bordo del Halcón Milenario, y que Chewbacca y C-3PO son aficionados. Ah, y según Wookiepedia, fue inventado por un caballero Jedi que (suponemos) se aburría mucho.

¿Podemos jugarlo en la vida real? Tratándose de un pasatiempo relacionado con Star Wars, por supuesto que sí: un tablero con sus piezas (que, por desgracia, no se mueven) te saldrá por 38 euros en Sideshow Collectibles. En cuanto a las reglas, existen infinitas variedades desarrolladas por warsies de todo el mundo desde el estreno de la película. Y recuerda: "Un droide no le arranca los brazos a su oponente cuando pierde. Un wookie, sí".

Lo vimos en... Monstruos y laberintos (S. H. Stern, 1982)

El juego: Durante los 80, la sociedad de EE UU se convulsionó al descubrir la plaga de los juegos de rol, esos rituales presuntamente satánicos que precisaban de unos dados muy raros y de hojas de papel llenas de numeritos. Respondiendo al pánico de la época, este telefilme nos mostraba a un imberbe Tom Hanks perdiendo la olla y vistiéndose como un Gandalf de andar por casa bajo el influjo del maligno pasatiempo.

¿Podemos jugarlo en la vida real? Por supuesto, cualquier coincidencia entre Monstruos y laberintos y el auténtico Dragones y mazmorras (o Dungeons & Dragons) no es pura coincidencia, sino todo lo contrario. Si los dados de 10, 12 o incluso 20 caras no te dan miedo, siempre puedes jugarte tu vida social echando una partidita...

Lo vimos en... RoboCop (Paul Verhoeven, 1987)

El juego: Uno de los ácidos spots que salpimentan las aventuras de Murphy, el agente más metalizado de Detroit, nos muestra este pasatiempo de Butler Brothers (nada que ver con Parker Brothers, por supuesto) tan adecuado para la Guerra Fría ochentera. En el papel de superpotencias atómicas, los jugadores deben probar su destreza en las cosas de la destrucción mutua asegurada. Y, si alguno de ellos pulsa el botón rojo de la muerte, su recompensa es una bonita explosión holográfica en forma de hongo.

¿Podemos jugarlo en la vida real? Desconociendo, por ahora, si el juego aparecerá en el remake de José Padilha, sólo podemos decir que su tablero se parece mucho al del añejo Hundir la flota. Lo mismo tuneando un poco sus piezas y sus lucecitas se obtiene un efecto similar.

Lo vimos en... Jumanji (Joe Johnston, 1995)

El juego: Como descubren los pequeños Kirsten Dunst y David Alan Grier, ese juego de aventuras selváticas con tan buena pinta es, en realidad, un arma de destrucción masiva capaz de atraer a un surtido de animales salvajes, y a Robin Williams, al salón de su casa.

¿Podemos jugarlo en la vida real? Pues sí, gracias a la magia del merchandising: como te revelamos en nuestro reportaje correspondiente, el estreno de Jumanji vino acompañado del lanzamiento de su versión de tablero. Ahora bien, Zathura, una secuela indirecta con premisas de ciencia-ficción, fracasó en taquilla, así que el juego correspondiente nunca llegó a comercializarse.

Lo vimos en... M.A.S.H. (serie, 1972-1983)

El juego: Cuando no había ninguna amputación ni ningún tiroteo a la vista, Alan Alda, Loretta Swift y sus compinches médicos de la Guerra de Corea se aburrían mucho. De ahí que inventaran este endiablado pasatiempo, una combinación de ajedrez, damas, póker, rummy y juego de chupitos.

¿Podemos jugarlo en la vida real? A diferencia de otros ejemplos de este informe, los elementos del Doble Cranko son relativamente fáciles de reunir en tu domicilio. Ahora bien, otra cosa es descubrir cómo jugarlo: cuando, en la serie, Alda tenía que explicar las reglas a un jugador, se limitaba a contestar "¿Qué reglas?". Nosotros pensamos que se trata más bien de una excusa para ponerse morao mientras se tima a algún pardillo con galones.

Lo vimos en... Quinteto (Robert Altman, 1979)

El juego: Gran aficionado al backgammon, el director de El juego de Hollywood desarrolló personalmente una variante de dicho juego, practicada en un tablero pentagonal. No contento con ello, Altman convirtió su invento en la premisa de una película de ciencia-ficción con Paul Newman, Vittorio Gassman, Bibi Andersson (la sueca, no la de Almodóvar) y Fernando Rey participando en una timba.

¿Podemos jugarlo en la vida real? Efectivamente: Altman publicó las reglas como parte de la promoción de su filme, y damos fe de que estas son sorprendentemente similares a las de un parchís futurista. Si quieres que tu partida se parezca del todo a las de la película, ojo a este detalle: el jugador cuyas fichas son eliminadas del tablero debe morir en la vida real. Uy, qué diver.

Lo vimos en... Star Trek (serie, 1966-1969) y sus obras derivadas

El juego: En el siglo 23, las 64 casillas de toda la vida se han quedado obsoletas, de ahí que los aficionados de la Federación prefieran esta sofisticada variante del rey de los juegos de estrategia. Como podrás suponer, Spock y Data son unos maestros.

¿Podemos jugarlo en la vida real? ¡Por supuesto! Las reglas del ajedrez tridimensional recibieron su forma definitiva en 1973, de manos del trekkie Andrew Bartmess, y su popularidad es tal que se lo considera una de las variantes más populares del juego. ¿Acabará teniendo categoría de deporte olímpico?

Lo vimos en... Los Simpson (episodio 04x76, Última salida a Springfield)

El juego: El nombre de este pasatiempo viene de la combinación (en inglés) de los de Scrabble y Hundir la flota. Así que se trata exactamente de eso: una mixtura de barquitos con palabras cruzadas. Según Lisa, este juego no tiene sentido. A lo que Homer replica: "¡Diles eso a los valientes marineros que acaban de morir!".

¿Podemos jugarlo en la vida real? Como todos los simpsonianos saben, Lisa es una aguafiestas, así que en internet no faltan las reglas caseras para el Scrabbleship. Ojo: además de estar en inglés, todas las que hemos encontrado son endemoniadamente complejas. Lo mismo sale más a cuenta jugar al Buen Samaritano o a El camino de Satán, como los Flanders.

Lo vimos en... Tumbas abiertas (Álvaro de Armiñán, 2009)

El juego: Tras tanto producto de plastiquillo y fabricado en serie, da gusto encontrarse con una auténtica pieza de artesanía para coleccionistas. Sin ir más lejos, este juego, cuyas piezas y tablero fueron fabricados con la piel, las entrañas y los huesos de una bruja llamada Mamba Mosamba. Al final de la partida, el ganador verá cumplidos todos sus deseos. Y los perdedores... En fin, mejor no pensar demasiado en ello.

¿Podemos jugarlo en la vida real? Más bien no. Tumbas abiertas no fue precisamente un éxito de taquilla, así que sus fans (si es que los tiene) tendrán que quedarse con las ganas.

Lo vimos en... MadTV (serie, 1995-2009)

El juego: La versión televisiva de la veterana revista de humor Mad era muy aficionada a los spots publicitarios falsos y cachondos. Gracias a ella, descubrimos juegos de tablero tan improbables como Beneficencia, Las cenizas de Ángela: El juego y Lapidad a los pecadores. Pero la palma se la lleva esta versión en cartulina de la saga de Rockstar Games. Al igual que su original informático, este pasatiempo nos invita a cometer delitos de todo tipo, pero, eso sí, es una ocasión para reunirse con la familia...

¿Podemos jugarlo en la vida real? Mucho nos tememos que no, y es una pena: a juzgar por lo que se ve en el anuncio, una partida de Grand Theft Auto llevaría a los jugadores a atentar contra la vida y la propiedad de sus compañeros, amén de a drogarse como condenados.