12 estrellas de cine que también pintan

De Benedict Cumberbatch a Johnny Depp, pasando por Jim Carrey y James Franco: te ofrecemos un museo de actores que embadurnan lienzos en su tiempo libre.
12 estrellas de cine que también pintan
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12 estrellas de cine que también pintan

Dada su próxima boda, la legión de cumberbitches que se desmelena cada vez que guiña el ojo y esa carrera siempre en alza, por no hablar de lo majo que suele mostrarse siempre ante la prensa, cualquiera diría que Benedict Cumberbatch lleva bien eso de ser una estrella de cine. Nada más lejos de la realidad: el hombre de Sherlock, al que muchos dan como inminente candidato para los Oscar 2015 gracias a The Imitation Game, no parece muy contento con dicha condición, y por ello busca solaz en el carboncillo. "Dibujar me permite alejarme de ese sinsentido que es la fama", reconoció Benedict el fin de semana en una entrevista con la BBC (vía The Guardian), y si los autorretratos firmados por el actor nos permiten entresacar algo de su estado anímico, parece que este hombre está para hacérselo mirar. A qué, si no, esa manía por esbozarse a sí mismo con un aspecto depauperado y unas ojeras que nos recuerdan a ciertas obras de Egon Schiele. Salvando las distancias y contando con el factor sexy, eso sí.

En CINEMANÍA ya nos hemos fijado otras veces en las figuras del cine que alternan los platós con las artes plásticas. Pero nunca nos habíamos decidido a ir al lío y  abordar el campo en el que muchas estrellas prefieren ocupar su tiempo libre: la pintura. Animados por las declaraciones de Cumberbatch, hemos decidido remediarlo y componer un particular museo con las obras que algunos de nuestros actores y actrices favoritos (y otros no tan favoritos, a qué negarlo) pergeñan cuando les da por embadurnar lienzos. Según podréis comprobar, algunas de estas piezas revelan que el susodicho o la susodicha sabe lo que hace, aunque en la mayoría de los casos la voluntad supera al talento. Otras... pues dejémoslo en que dan ganas de maldecir el día en el que el autor pensó que servía para algo más que para actuar.

Johnny Depp

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Es el actor fetiche de Tim Burton. Es el capitán Jack Sparrow de Piratas del Caribe. Y también es un pintor de estimable talento, muy influido por el expresionismo abstracto y conocido sobre todo por sus habilidades como retratista: en la obra pictórica de Johnny Depp hay espacio para las efigies de sus ídolos (el actor y dramaturgo Antonin Artaud, por ejemplo) y de amiguetes como Keith Richards, Julian Schnabel, Marlon Brando o, cómo no, su director de cabecera, protagonista (aunque no se note mucho) del cuadro que podéis ver arriba.

Pierce Brosnan

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Mucho antes de ser James Bond, incluso antes de que Remington Steele llamara a su puerta, el irlandés no iba para actor, sino para virtuoso del pincel. A finales de los 60 Brosnan se formó como ilustrador en la prestigiosa escuela de arte Saint Martin's de Londres, pero después de sacarse el título abandonó la cosa gráfica para unirse a un circo ambulante (bueno, y también para estudiar Arte Dramático). En 1987, cuando a su mujer Cassandra Harris le fue diagnosticado el cáncer que habría de acabar con su vida, Pierce volvió a enfrentarse al lienzo. Según explica él mismo, su obra pictórica rinde tributo a Matisse y Kandinski, sus pintores favoritos. Y, por si fuera necesaria la precisión, aclaramos que el cuadro que veis a la derecha en la imagen es un autorretrato.

Viggo Mortensen

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Como sabemos, el argentino-danés-estadounidense (y soberano de Gondor) es un montaraz de lo más polifacético: además de como intérprete de bien ganados laureles, Viggo ejerce como poeta, editor literario, músico, fotógrafo... y pintor. Señalemos que Mortensen es poco proclive a exponer sus trabajos en galerías, prefiriendo darlos a conocer en forma de ilustraciones para sus propios libros. Así han aparecido obras como las que aparecen en la imagen: la de la izquierda lleva por título Autorretrato, mientras que la de la derecha pertenece a una serie titulada Gulf Stream.

Billy Dee Williams

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Atención, amantes de la saga Star Wars: ¿puede haber algo más molón que colgar en vuestra pared un cuadro firmado por el mismísimo Lando Calrissian? Pues, si vuestra respuesta es "no", estáis de enhorabuena: además de actuar, Billy Dee Williams tiene una carrera paralela como pintor cotizado y laureado, cuya obra figura en las colecciones del Instituto Smithsoniano y del Schomburg Museum de Nueva York. Como puede apreciarse en este cuadro, titulado Good Times Jungle Club (The Savoy), la obra de nuestro hombre está marcada por los homenajes a la historia y la cultura afroamericanas, siguiendo el ejemplo de artistas como Ernie Barnes.

Antony Hopkins

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Aunque ahora todos le reconozcamos como un titán de la pantalla, la vida de Sir Anthony no ha sido precisamente un camino de rosas: tras unos comienzos brillantes (incluso un ególatra como Laurence Olivier reconoció su talento juvenil), el galés tuvo que luchar durante décadas contra un alcoholismo pertinaz y severos problemas de autoestima, antes de que El silencio de los corderos le lanzase al estrellato. Tal vez por ello sus trabajos como pintor abunden en rostros fantasmagóricos y paisajes de pesadilla, ante los cuales, sospechamos, Hannibal Lecter esbozaría una sonrisa de aprobación.

David Arquette

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Ahora toca alejarse de museos y escuelas académicas: el ex de Courteney Cox y hermano pequeño de Rosanna y Patricia (bueno, y también de Richmond Alexis) también ha llamado la atención por su destreza en las artes plásticas, pero en lugar de derrochar su talento sobre un lienzo él prefiere hacerlo sobre una pared. Y es que estamos hablando de un grafitero, que formó parte durante mucho tiempo de una crew de artistas urbanos llamada KGB. A día de hoy, David sigue empuñando el spray ocasionalmente: la imagen de arriba muestra una obra elaborada el año pasado para promocionar el certamen de arte urbano PieceFest de Los Ángeles. Señalemos que, además, Arquette escribe guiones de cómics, compone música y ha hecho sus pinitos en el mundo de la lucha libre.

Jim Carrey

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Ahora que está a punto de volver a la pantalla con Dos tontos todavía más tontos, es de ley recordar que el hombre de las mil muecas compagina una carrera muy jocosa con una historia familiar marcada por la pobreza y una psique repleta de demonios. Tal vez por ello, Carrey desahoga sus inquietudes como pintor sin por ello dejar de lado su gusto por el absurdo: su primera exposición, celebrada en Palm Springs hace dos años, llevaba el elocuente título de Aquí no hay nada que ver. Hablamos de un artista aficionado a las obras de gran formato, que admite haberse pasado alrededor de 10 horas seguidas con el pincel en la mano y que suele moverse por derroteros abstractos y surrealistas.

Lucy Liu

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Alrededor de 2009, algunos coleccionistas y marchantes de arte se llevaron las manos a la cabeza: resultó que Yu Ling, una artista cuyas pinturas y collages gozaban de cierta repercusión en galerías de EE UU y el Reino Unido, no era otra que la actriz de Los ángeles de Charlie Kill Bill. Resultó que Liu, antigua estudiante de Bellas Artes, había optado por emplear ese álter ego para que su celebridad hollywoodiense no empañase la percepción de su obra, donando a UNICEF los beneficios obtenidos con las ventas. Poca broma, porque algunos de sus trabajos (muy inspirados, por lo demás, en las tradiciones pictóricas de China) han salido a subasta con precios lindantes en los 16.000 euros.

James Franco

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Tenía que salir, ¿verdad? Pues sí: mientras seguimos debatiendo si es un auténtico artista o un hipster insoportable, y mientras los críticos de arte se pitorrean de su producción como fotógrafo (y es que eso de hacerle un órdago a Cindy Sherman está sólo al alcance de los más grandes), Franco desarrolla una obra como pintor que suele mantenerse afín al informalismo de genios como Jean-Michel Basquiat, pero que también depara grandes sorpresas cuando le da por lo estrictamente figurativo. Sin ir más lejos, el díptico que podéis ver arriba está formado nada menos que por dos retratos al desnudo de Seth Rogen. Intentad olvidarlo, si es que podéis.

Jane Seymour

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Por más que su carrera le haya deparado dos Globos de Oro, y que haya hecho un cameo en Cómo conocí a vuestra madre, mentiríamos si dijésemos que la actriz de La doctora Quinn ha apostado alguna vez por el riesgo. Esa es una verdad que se aplica tanto a su trabajo en la pantalla como a una trayectoria en las artes plásticas (además de pintora, Seymour también es escultora, amén de diseñadora de moda y joyería) marcada por un carácter más bien blandito y que, en lo que al lienzo se refiere, destaca por su emulación de los maestros del Impresionismo. Vamos, que tras ver cuadros como el de arriba (Retrato de la artista en su jardín) no nos sorprende nada saber que Jane también escribe libros de autoayuda.

Macaulay Culkin

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Tras todo lo que Culkin ha pasado en su vida (el exceso de fama precoz debido a Solo en casa, los mangoneos económicos de su padre y los problemas con las drogas, nos alegra saber que sigue vivo, bien y reciclado en artista multimedia junto a su amigo Adam Green. Ahora bien: vistos ejemplos de su trabajo como el que aparece en la imagen de arriba, mejor le dejamos a los críticos la tarea de valorarlos, porque a nosotros se nos escapan un poco.

Sylvester Stallone

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Sí, lo sabemos: a estas alturas de la jugada, recordar a 'Sly' y sus discutibles pinitos como pintor es un lugar común. Pero, bromas aparte, reconozcamos una cosa: este señor protagonizó  y escribió una película que arrasó en los Oscar (Rocky, claro), convirtió su rostro en emblema del cine de acción ochentero, fue capaz de sacar su carrera a flote cuando todos le daban por perdido... Y encima saca tiempo para embadurnar lienzos de gran tamaño. Ante tales credenciales, y por lo que a él respecta, sospechamos que tanto los críticos de arte como los de cine pueden irse a freír espárragos.

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