20 personajes del cine que caen mal a (casi) todo el mundo

¿Será por sus lenguas desatadas? ¿Será porque son demasiado guapos (algunos)? ¿O será porque la fama y las malas lenguas son inseparables? Estas figuras del celuloide tienen tantos 'antifans' como admiradores. Por CINEMANÍA
20 personajes del cine que caen mal a (casi) todo el mundo
20 personajes del cine que caen mal a (casi) todo el mundo
20 personajes del cine que caen mal a (casi) todo el mundo

Todos tienen talento. Eso es innegable: si no, no estarían donde están, ni moverían multitudes a lo largo y ancho del planeta. Pero la fama cuesta, y aunque estas figuras del cine no paguen su fama con sudor, sí soportan multitudes de antifans tan enfervorecidos como sus seguidores. Previa vacunación antirrábica, investigamos por qué estos 20 actores, actrices y directores parecen caerle mal a todo el mundo.

* Tom Cruise

¿Por qué cae tan mal? Por sonreír como un muñeco Ken viviente siempre que tiene una cámara de fotos cerca. Porque, tras su experiencia kubrickiana en Eyes Wide Shut parece lanzarse sólo a proyectos con garantía segura de blockbuster (y, cuando no es así, casi que peor: véase Leones por corderos). Y, finalmente, porque aunque las cosas le están yendo bastante mal, sigue tratando de hacernos creer que es el hombre más feliz del mundo. ¿Será un mandamiento cienciológico?

Lavado de imagen: Aprovechar más ese registro histriónico y borde que tan buenos réditos le dio en Magnolia y Tropic Thunder.

* Nicole Kidman

¿Por qué cae tan mal? A cada uno lo suyo: si el ex esposo de la australiana se ha ganado a pulso la tirria de muchos, ella no ha hecho nada por quitarse el aura pegajosa que la rodea desde los días de su matrimonio. ¿Que Moulin Rouge! hace que el público la adore por primera vez desde Un horizonte muy lejano? Pues hala, a tirarlo todo por la borda (Australia). ¿Qué la naturaleza le ha dado una percha y un rostro ideales? No hay problema: el exceso de bótox y la delgadez alarmante están para algo. Ni siquiera su Oscar por Las horas la salvó de decisiones tan desastrosas como La invasión y La brújula dorada, ni el amor de su noviete Karl Keith Urban  (dos hijos en común) parece propiciar una recuperación física.

Lavado de imagen: Tomarse la vida con un poco más de calma, echar algo de carne sobre los huesos y aprovechar más ese talento que tan buenos resultados le está dando en Rabbit Hole.

* James Cameron

¿Por qué cae tan mal? Por megalómano, por bocazas y por intentar convencernos de que el cine del futuro será en 3D o no será. El canadiense, talentoso como es, parece tener un mensaje ecológico-espiritual que comunicarle al mundo (por eso el guión de Avatar recuerda tanto a tantas cosas…). Nosotros no objetamos a sus presuntos conocimientos sobre la vida, el Universo y todo lo demás, pero ¿para cuándo una declaración sobre esa tribu amazónica con la que se lleva tan bien y que perderá sus tierras en breve?

Lavado de imagen: Encerrarse en un estudio con un selecto elenco de actores (Sigourney Weaver y su amigo Arnold Schwarzenegger, para empezar) y buenos técnicos, y crear una buena película de ciencia-ficción con un presupuesto de ‘sólo’ siete cifras. Y en 2D.

* Keira Knightley

¿Por qué cae tan mal? La actriz británica parece presa de una ambición: resultar un poco más intensa a cada filme que rueda. Cuando le sale bien, perfecto (véanse las tres primeras Piratas del Caribe, con sus sablazos y sus tortazos), pero hay momentos (Nunca me abandones) en los que uno podría coleccionar sus gestos y convertirlos en memes de internet. Por otra parte, su actitud ante los medios parece un poquito más borde cada día que pasa…

Lavado de imagen: Rodar una comedia muy destrozona y muy negra con su paisano Ricky Gervais de coprotagonista.

* Sean Penn

¿Por qué cae tan mal? No tenemos nada en contra de las actividades humanitarias de Penn, un hombre de múltiples talentos, pero al pensar en lo mal que se lo hizo pasar a Robin Wright (entre abandonos y broncas) nos hierve la sangre. Además, cuando alguien va por la vida tan de solidario, tan de buena persona, tan de comprometido… ¿No te da la impresión de que tiene algo que ocultar? Pues sí: por lo pronto, el haber dejado escapar a la siguiente miembro de nuestra lista.

Lavado de imagen: Coger la guitarra y el bote de laca, maquearse como su personaje en This Must be the Place (ver foto) y marcarse una gira rockera a lo Spinal Tap con Joaquín Reyes de invitado especial. Cantar el Suave, suave, su-su-suave  a dúo con el albaceteño en los bises.

* Scarlett Johansson

¿Por qué cae tan mal? Desde que Ghost World, La joven de la perla y Lost in Translation la convirtieron en icono indie y estrella internacional a la vez, la diva pelirroja se ha esforzado mucho por cultivar su imagen de chica lánguida y sensible. Tanto, que ha acabado peleándose con Woody Allen (“Scarlett tendrá un lugar en mis películas siempre que ella quiera”, dijo el de Manhattan, viperino), protagonizando bodrios (¿Qué les pasa a los hombres?) y quitándole la chicha a un personaje Marvel (la Viuda Negra) que debería resultar sexy y letal, pero se quedó sólo en sexy. Para colmo, y por mucho que David Bowie piense lo contrario, su disco de versiones de Tom Waits nos parece un capricho bastante tonto.

Lavado de imagen: Esperaremos a ver We Bought a Zoo (el filme que coprotagoniza con Matt Damon) para formular un diagnóstico definitivo.

* January Jones

¿Por qué cae tan mal? “Estaba en una fiesta, la vi y me presenté. Estuvimos charlando 10 minutos, y va y me suelta: ‘Creo que deberías largarte ya’. Levantándome, le dije: ‘Escucha, bonita, eres una actriz de una serie y te habrán olvidado en un par de años, ¡así que por lo menos sé amable, joder!” (Zach Galifianakis, dejando claro que la rubia hitchcockiana de Mad Men y X-Men: Primera generación es tan fría dentro como fuera de la pantalla).

Lavado de imagen: Buscar un papel de ama de casa. Pero no una ‘mujer trofeo’ glamurosa como Betty Draper, sino una señora agobiada por los niños, las cuentas y los kilos. Y en la actualidad.

* Madonna

¿Por qué cae tan mal? Invicta como ‘Reina del Pop’ durante más de dos décadas, la cantante italoamericana no parece prosperar en sus esfuerzos por ser la reina del cine. Su carrera como actriz, por lo pronto, le ha deparado quince nominaciones (tres con premio) a los anti-Oscar Razzies, ofreciendo gemas como Dick Tracy. Eso sin contar su matrimonio con Guy Ritchie. Para colmo, cuando la autora de Like a Prayer quiere lanzarse como directora a lo grande (con W. E., su segunda película) pone a su séquito a dar palmitas y a jurar que es “una cineasta de Oscar”.  Cuidado, Veronica Louise, que lo mismo hay otra ‘frambuesita’ en tu futuro…

Lavado de imagen: Admitir que Barridos por la marea fue un error fatal, y asumir que lo suyo es la música.

* Uwe Boll

¿Por qué cae tan mal? El considerado ‘peor director del mundo’ no es sólo responsable de buscar temas sensacionalistas (Auschwitz) o directamente grotescos (Blubberella) para sus filmes, o de rodar con cierta parte de su anatomía posterior, sino también por darle mala fama para siempre a las cintas basadas en videojuegos. ¿Recuerdas Alone in the Dark? Pues eso. Y encima el tío alardea de ello…

Lavado de imagen: Filmar una comedia romántica sin efectos especiales, con Julia Roberts y un presupuesto millonario. Y hacerlo bien.

* ‘Brangelina’

¿Por qué caen tan mal? El ente bicéfalo formado por Brad Pitt y Angelina Jolie se ha ganado el rechazo del fandom por muchas razones. La primera, por insistir siempre que pueden en lo enamorados que están. La segunda, porque no hay nada como alardear de tu compromiso con los desfavorecidos para que te cojan manía (sobre todo si tu patrimonio se eleva a los 120 millones de dólares). Y, para terminar, porque su insistencia en contarnos la vida y milagros de su prole supera a la de ese pariente que todos tenemos, más rápido en enseñar las fotos de sus hijos que Clint Eastwood con su revólver.

Lavado de imagen: Divorciarse, y protagonizar un juicio largo y arisco por la custodia de los seis vástagos. Reconciliarse después.

* Guillermo Toledo

¿Por qué cae tan mal? El primer nombre español de nuestra lista se ha ganado a pulso su presencia por una razón. ¿Sus ideas políticas? No: su bocachancla. Bien sea a tenor de la intervención española en Libia, de la muerte del disidente cubano Oswaldo Zapata o del copago sanitario, ‘Willy’ tiene siempre una opinión, y está dispuesto a decirla en voz alta, preferiblemente cuando hay micrófonos delante. ¿El problema? Que no todos los cinéfilos piensan igual que él, y algunos le han cogido tirria.

Lavado de imagen: Una de dos, o Toledo se centra en su carrera política (fue candidato en las pasadas elecciones locales por el Bloque Andaluz de Izquierdas) o en su faceta como actor.

* Will Smith

¿Por qué cae tan mal? Porque, a tenor de algunos de sus actos, parece haberse tomado en serio su título de ‘príncipe descarado’. Ser la mayor estrella afroamericana de todos los tiempos (con permiso de Sydney Poitier) no te da derecho a ocupar el espacio público como si fuese tuyo con tu camión-camerino, ni a convertir a tu familia en una factoría de estrellas infantiles. Ni tampoco a ser tan guapo que da rabia, pero esa es otra historia.

Lavado de imagen: Dar luz verde de una vez a esa (supuesta) reunión de El príncipe de Bel Air. Organizar una liguilla de monster trucks con Hugh Laurie (House), otro gran aficionado.

* Paz Vega

¿Por qué cae tan mal? Para empezar, por ser demasiado escultural para su propio bien. ¿Que eso no es culpa suya? De acuerdo. Pero algo habrá tenido que ver la actriz sevillana (o sus representantes) en que su carrera en Hollywood se parezca mucho a una lista de títulos directos a dvd. Renunciamos a hablar de su supuesto acento francés en The Spirit por el bien de nuestra salud mental.

Lavado de imagen: Tomar lecciones aceleradas de idiomas, arrimarse a un director competente que aproveche su potencial, desnudarse más frente a la cámara…

* Pilar Bardem

¿Por qué cae tan mal? Teniendo un hijo que vale más que las pesetas (un tal Javier: tiene un Oscar) y cultivando esa peculiar forma de malafollá (en la pantalla, ojo) que tan simpática resulta… ¿Por qué desaprovecharlo convirtiéndote en portavoz oficioso de una entidad con tan mala prensa como la SGAE? Pilar tiene todo el derecho del mundo a defender la propiedad intelectual de tu trabajo, pero apoyar una medida tan impopular (y cuestionable) como el llamado ‘canon digital’ conlleva sus riesgos…

Lavado de imagen: Reconsiderar su postura, informarse bien y sentenciar que eso del Creative Commons tampoco está tan mal. Abrirse una cuenta en Seriesyonkis.

* Megan Fox

¿Por qué cae tan mal? Para empezar, por hacer que Angelina Jolie (que no es el colmo de la finura) parezca la refinada Grace Kelly  en comparación con ella. Tan rudo es su carácter que la ex diva de Transformers no ha conseguido congeniar ni con un adicto a las mozas de buen ver como Michael Bay. Es más: según una fuente del equipo de La venganza de los caídos, Megan no congenia con nadie en absoluto.

Lavado de imagen: Pedir disculpas a Mickey Rourke y Bill Murray por el desastre de Passion Play, un filme que iba a lanzarla como actriz seria y que ha acabado directo a dvd.

* Shia LaBeouf

¿Por qué cae tan mal? Por ser el enchufado de la clase, pura y simplemente. Años ha, Shia (que viene de una familia muy, muy modesta) se topó con un tal Steven Spielberg, quien no paró de colarle en un proyecto tras otro. Así, aunque el chaval sea sincero (véanse sus declaraciones sobre la quinta Indiana Jones y la segunda Transformers) y no actúe nada mal, todo el mundo le tiene en el punto de mira. Se siente…

Lavado de imagen: Librarse de la sombra de su mentor, y dejar de protagonizar franquicias.

* Adam Sandler

¿Por qué cae tan mal? Porque, a fuerza de cultivar un humor borde y cervecero, hemos acabado pensando que su personaje en Hazme reír (para quienes no la hayan visto: un comediante borde, cervecero y con un ego enorme) y su personalidad en la vida real se parecen más de lo aconsejable. Por otra parte, su confesa afinidad con el Partido Republicano (del cual es militante) no le ganó muchas simpatías en la ‘Era Bush’.

Lavado de imagen: Rodar una película igual de graciosa que El chico ideal. Como mínimo.

* Mel Gibson

¿Por qué cae tan mal? Porque, ideas políticas y religiosas aparte, posee un talento considerable tanto dirigiendo (Apocalypto) como actuando (El castor)… Y lo ha echado todo por tierra por culpa de una lengua demasiado suelta, un preocupante amor por el bebercio y una escucha telefónica a traición. Ha habido hombres de cine más machistas, más racistas y más desagradables que el australiano, pero ninguno de ellos se dejó pillar tantas veces en evidencia.   

Lavado de imagen: Atención, Jodie Foster, ¿quieres rehabilitar públicamente a tu amigo Mel? Pues escríbele un buen papel de gay para tu próxima película. Con mucha pluma, a ser posible.

* Óscar Jaenada

¿Por qué cae tan mal? “Con amigos como estos, quién necesita a los críticos”, debió pensar Pilar Rubio cuando el inmenso actor de Camarón y Noviembre defendió su intervención en la serie Piratas alegando que “no pueden pedirse peras al olmo”. Está claro que el cráneo y las tibias no son lo de Óscar, porque en Disney no sentó nada bien que el actor catalán se prestase a interpretar a un bucanero (algo que tenía prohibido por contrato) tras rodar Piratas del Caribe: En mareas misteriosas. Lo dicho: haciendo amigos…

Lavado de imagen: Pensarse dos veces qué proyectos aceptar, y qué soltar sobre tus compas delante de la prensa.

* Lars Von Trier

¿Por qué cae tan mal? Nosotros no pensamos que el director danés sea nazi. Ni antisemita. Lo que pensamos es que es un bocazas ansioso por llamar la atención, capaz de soltar cualquier burrada con tal de promocionar Melancholia. Tras autoproclamarse infinidad de veces como mesías del cine moderno (y ganarse el amor del gafapastismo mundial en el proceso) Lars ha acabado adquiriendo más fama por su personalidad inestable que por los méritos de su obra.

Lavado de imagen: Someterse a una penitencia pública en la que diga “Larsvontrieeeer…” mirando fijamente al público, para después arrearse una hostia Dogma según las enseñanzas de Muchachada Nui.

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