6 películas para recordar a Manolo Escobar

"Un tercio de mis películas vale la pena", afirmó el fallecido cantante de El Ejido. En su honor, nosotros hemos aplicado la fórmula, y nos ha salido esta lista. Por YAGO GARCÍA
6 películas para recordar a Manolo Escobar
6 películas para recordar a Manolo Escobar
6 películas para recordar a Manolo Escobar

"Un tercio de mis películas es bueno, otro tercio se salva por las canciones, y el último tercio no se salva por nada", decía Manolo Escobar. Y, hoy que el cantante almeriense nos ha dejado a los 82 años, hemos decidido aplicar dicha fórmula en su honor: dado que la filmografía de Escobar abarca 20 títulos, nos quedamos con 6,666 filmes que merecerían, según él, la pena. Ahora bien, como el cine no admite decimales y el número de marras nos da yuyu desde que vimos El exorcista, hemos escogido 6 películas dignos de una revisión, lejos (o cerca, según se prefiera) de tópicos propios de Cine de barrio o del recuerdo de Mi carro, Porrompompero o Que viva España. Haznos caso y planteate echarles un vistazo a todas ellas.

Mi canción es para ti (R. Torrado, 1965)

Deberías revisarla porque... Vale, el argumento del tercer filme protagonizado por Escobar es tópico de narices: la ascensión a la fama de un humilde camarero que canta coplas y 'casualmente' se llama Manolo. Ahora bien, ¿cuántos actores más o menos noveles pueden hacer frente con soltura a un doble papel? Aquí, el de El Ejido se desdobla como Curro Lucena, una arrogante estrella que, por supuesto, es idéntica al héroe, y a la que este acabará suplantando.

El padre Manolo (R. Torrado, 1966)

Deberías revisarla porque... Como Fernando Fernán Gómez en Balarrasa, y como haría Paco Martínez Soria en la posterior ¡Se armó el Belén!, Manolo Escobar no tardó en ponerse la sotana a fin de incorporarse a ese género tan español (por entonces) que fue el 'cine de curas'. Y lo hizo, eso sí, dándole la vuelta a algunos tópicos: además de cantar a la mínima ocasión, como está mandado, el padre Manolo es aficionado a la prestidigitación. Y no sólo eso, sino que también le toca resolver un asesinato presenciado en una excursión con un grupo de niños. Parece mentira lo que daban de sí los días del aggiornamento.

Juicio de faldas (J. L. Sáenz de Heredia, 1969)

Deberías revisarla porque... El coplero del carro y la chica yé-yé. El galán racial y la jovencita moderna. O, lo que es lo mismo, Manolo Escobar y Concha Velasco: desde Pero... ¿en qué país vivimos? (1967), esta pareja tan improbable rodó cinco filmes, de los cuales este es el tercero y el más interesante desde un punto de vista antropológico: una abogada casi feminista (Velasco) defiende en el estrado a un camionero (Escobar) acusado de haber dejado embarazada a una chica de pueblo con el rostro de Gracita Morales. Sumemos a ello la presencia judicial de José Sazatornil y el cameo de Tip y Coll como guardias urbanos, y tendremos una idea de por dónde van los tiros.

En un lugar de La Manga (Mariano Ozores, 1970)

Deberías revisarla porque... A las órdenes del futuro rey del destape, la pareja Escobar-Velasco aborda un tema tan candente entonces como ahora: el 'pelotazo' inmobiliario propiciado por el turismo. Resulta que en La Manga del Mar Menor (entrañable rincón costero de Murcia) aún queda un predio de terreno sin edificar, y que el propietario de dicha parcela (Manolo, claro) se resiste a vendérsela a la constructora presidida por José Luis López Vázquez. La canción Moderno, pero español pasa inmediatamente a los anales del pop carpetovetónico.

Me debes un muerto (J. L. Sáenz de Heredia, 1971)

Deberías revisarla porque... Tras cinco años de rodajes sin pausa, Manolo y Concha se despiden a lo grande, nada menos que con un remake encubierto, coplero y cómico de Extraños en un tren. Aquí no sale ni un mísero vagón de metro y los protagonistas son una vidente y un hostelero, pero el pacto entre ambos es el mismo: cada uno de ellos deberá liquidar al personaje que le amarga la vida al otro. Siempre nos quedaremos con las ganas de saber lo que Hitchcock y Patricia Highsmith hubieran pensado de este filme, sobre todo de la escena en la que el clásico Me debes un beso es reinterpretado con letra 'ad hoc'.

Todo es posible en Granada (R. Romero Marchent, 1982)

Deberías revisarla porque... Durante los 70, Manolo Escobar siguió rodando películas a ritmo estajanovista, algunas de ellas con títulos tan políticamente incorrectos como Préstamela esta noche y La mujer es un buen negocio (dirigida esta última por Valerio Lazarov). Llegado el año del Mundial, el almeriense se despide del cine con un filme en el que se dan cita lo sobrenatural (en la finca del protagonista, conductor de autobús, está entrerrado el tesoro mágico del rey Boabdil) con lo sexy (cortesía de Tessa Hood, bombón importado) y con una antología del repertorio del cantante, desde Ni se compra ni se vende a Mi carro, pasando por la inevitable Porrompompero.

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