¿Cuántas veces dicen "zorra" en 'Anacleto: Agente secreto'?

¿Usa un lenguaje sexista la aventura de Imanol Arias y Quim Gutiérrez? Una crítica aparecida en una web feminista afirma que sí.
¿Cuántas veces dicen "zorra" en 'Anacleto: Agente secreto'?
¿Cuántas veces dicen "zorra" en 'Anacleto: Agente secreto'?
¿Cuántas veces dicen "zorra" en 'Anacleto: Agente secreto'?

Con cerca de un millón de euros de recaudación, y cómodamente instalada como segunda película española más taquillera de la última semana (después de Atrapa la bandera, y tercera en el ranking global tras La visita), Anacleto: Agente secreto lo tiene todo para contentar tanto a los admiradores del cómic como a un público más generalista: las presencias de Imanol Arias, Quim Gutiérrez Carlos Areces, un híbrido muy satisfactorio entre comedia y espionaje, ese aspecto visual tan aparente... En resumen, parece que el filme de Javier Ruiz-Caldera quedará como un trabajo rentable y a salvo de polémicas. Pero, siendo el original obra de un dibujante tan bandarra como Vázquez, algo de incorrección política tenía que haberse colado en los fotogramas. Así lo ha hecho notar la web feminista Píkara Magazinedonde se ha publicado un análisis (firmado por la historiadora María Castejón) con el título de Eres una zorra. Anacleto: Agente secreto. 

Para empezar, el artículo deja las cosas claras: llevando al cine un cómic de la 'Escuela Bruguera', la película "no nos iba a maravillar con una adaptación sorpresiva en plan Anacleta, agenta secreta. Así que nos encontramos con un universo masculino dominante de héroes y antihéroes patrios no exento de rasgos sexistas". Tras elogiar el trabajo de Arias y de Gutiérrez, algo gracias a lo cual la cinta se remonta sobre "un androcentrismo que atufa", Castejón señala una cierta crítica a la masculinidad patriarcal en la relación entre el agente secreto y pureta (Arias) y su hijo Adolfo (Gutiérrez) y glosa las virtudes de Katia, el personaje de Alexandra Jiménez ("No se supedita al [personaje] masculino, va por libre, piensa en ella y en sus intereses, no quiere ser la madre de Adolfo, sino su novia, y que además trabaja de médica"). Y, después, entra en materia: para la autora, y desde el ángulo del feminismo, Anacleto tiene virtudes, pero también un aspecto que no puede pasar por alto: "Todas las veces en las que llaman ZORRA [mayúsculas en el original] al personaje de Katia. En un contexto de abandono de una relación, este insulto nos remite a un imaginario patriarcal que condena a las mujeres cuando deciden separarse". El artículo pasa revista a diversas apariciones de la palabra en cuestión en los diálogos de Anacleto..., y concluye: "El último 'zorra' levantó un murmullo de desaprobación en la sala. Menos mal".

A falta de conocer otras muestras de desaprobación hacia el filme, ¿aportamos nuestro granito de arena? Adelante: como reconoce la crítica, Anacleto: Agente secreto apareció en Pulgarcito, una revista de la Editorial Bruguera, allá por 1964. Hablamos de una época en la que el cómic español estaba bajo la férula de la censura... algo que no sólo redundaba en un control exhaustivo de sus temas, sino que también proscribía a los personajes femeninos. Al ser considerados tebeos "para niños", los cómics de Bruguera no podían permitirse mostrar mujeres, a no ser que éstas fuesen ancianas como la Abuelita Paz o que fuesen caricaturizados al máximo, como esas Hermanas Gilda a quienes (como recordaba, con desesperación, el propio Vázquez) nunca se les permitió tener novio. Con estos precedentes, la incorporación de Katia al canon anaclético es un soplo de aire fresco que muchos fans del personaje y del dibujante hemos agradecido.

En cuanto al vocabulario utilizado en la película, su estimación depende de cada cual. Aun así, cabe preguntarse si Ruiz Caldera y los tres guionistas que han participado en el filme introdujeron frases como "créeme, es una zorra, estás mejor sin ella" comulgando con sus implicaciones o, precisamente, para señalar lo desagradables que resultan. Como sabemos, por desgracia, el insulto es el precio que muchas mujeres deben pagar por vivir su vida a su aire, y nadie podría atacar a una película por reflejar esta realidad sin por ello condonarla. De todos modos, el hecho de que Anacleto... haya despertado estos comentarios puede darnos esperanza: no es ya que se hable de cine español desde una perspectiva de género (algo que siempre se ha hecho), sino que ese tipo de escrutinio se va extendiendo más allá del cine 'serio' o 'de autor' para alcanzar a películas que tal vez no vayan a Cannes, pero que sí harán disfrutar a miles o millones de espectadores. Y, de esos escrutinios, aprenderemos todos. Ahora bien: aconsejamos no ponerse en ese plan con la última aventura publicada de Anacleto, porque entonces pueden saltar todas las alarmas...

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