Graduaciones 'cum laude': Las 6 imprescindibles de Mike Nichols

Del 'nuevo Hollywood' al siglo XXI: reunimos las películas del director y guionista que tienes que ver (o revisar).
Graduaciones 'cum laude': Las 6 imprescindibles de Mike Nichols
Graduaciones 'cum laude': Las 6 imprescindibles de Mike Nichols
Graduaciones 'cum laude': Las 6 imprescindibles de Mike Nichols

Tenía fama de 'director de actores', pero también era un maestro del estilo cuando le apetecía: no en vano Mijaíl Igor Peschkowsky, Mike Nichols para el público en general, poseía sobrada experiencia en una multitud de medios, desde la comedia de escenarios (junto a su compañera Elaine May) a las bambalinas teatrales y los platós de cine y TV. Gracias a ello, el cineasta nacido en Berlín, que ha fallecido hoy a los 83 años, figuró en la lista de esos pocos elegidos que debían hacerle sitio en la estantería a un Oscar, un Globo de Oro, un Emmy, un Grammy y un Tony. Y cuyo nombre, además, suponía un reclamo para el interés de cualquier cinéfilo con la mente despierta. Como homenaje a Nichols, hemos reunido aquí sus trabajos imprescindibles en pantalla grande, y también en una TV cuyo potencial artístico él supo aprovechar antes que (casi) nadie en EE UU. Si no has visto estas películas (y esta serie) ya tardas en hacerles un hueco en la agenda. Y, si ya las conoces, lo mismo revisarlas es una buena idea...

¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966)

¿Por qué se merece el título? Básicamente, por usar la obra teatral de Edward Albee para que Elizabeth Taylor Richard Burton desahogaran (y amplificaran) frente a la cámara las turbulencias de su matrimonio. Cuando de películas se trata, la expresión "vergüenza ajena" raras veces tiene un significado positivo, pero el espectáculo que dan aquí la diva de los ojos violeta y el titán galés, poniéndose como cubas durante una cena mientras Sandy Dennis George Segal observan horrorizados, no admite otra descripción salvo esa, lo cual ya de por sí resulta un triunfo nada desdeñable. La película ganó cinco Oscar, incluyendo Mejor Actriz de Reparto para Dennis y Mejor Actriz Principal para la Taylor (curiosamente, ninguna de las dos pudo recoger su estatuilla en persona) amén de obtener ocho nominaciones, entre ellas una a Mejor Director para un Nichols que debutaba a los 35 años. Menuda forma de comenzar...

El graduado (1967)

¿Por qué se merece el título? La cara de pazguato de Dustin Hoffman (interpretando, con 30 años, a un personaje una década menor), la pierna tentadora de la asaltacunas Anne Bancroft, las canciones de Simon & Garfunkel, los planos cenitales en la piscina... El graduado lo tenía todo para ser un hito generacional, y también para resultar un desastre, puesto que encontrarle un reparto a esta adaptación de la novela de Charles Webb supuso un trabajo de chinos: por las audiciones de Nichols pasaron desde Jack Nicholson a un Harrison Ford muy alevín, pasando por Sophia Loren, Judy Garland, Audrey Hepburn y otras actrices dispuestas a correr el riesgo de interpretar a la señora Robinson (el director, todo sea dicho, le ofreció ese rol a una Doris Day que lo rechazó asqueada). Polémico con ganas, el filme le deparó a Nichols su único Oscar a Mejor Director, pero también fue nominado a todas las categorías mayores y arrasó en los Globos de Oro, haciéndose con cinco premios.

Conocimiento carnal (1971)

¿Por qué se merece el título? Para un director estadounidense de los 70, hacer una película con Jack Nicholson era algo así como un rito de paso: si sobrevivías a la experiencia sin que el actor te devorase vivo, entonces eras uno de los grandes. No contento con aceptar dicho desafío, Nichols fichó a Jack como protagonista de una historia (escrita por el dibujante de cómics Jules Feiffer) cuyo eje era la vida sexual de cuatro amigos a lo largo de 25 años, completándose el elenco con Candice Bergen, Art Garfunkel Ann-Margret. Dado que, por aquel entonces, Hollywood seguía siendo algo puritano en las cosas del ñogo-ñogo, Conicimiento carnal resultó un proyecto de lo más escandaloso. Y, una vez estrenada, la película fue objeto de un proceso por obscenidad en el estado de Georgia.

Silkwood (1983)

¿Por qué se merece el título?Tras un par de patinazos como El día del delfín (1973) y Dos pillos y una herencia (en 1975, juntar a Jack Nicholson y a Warren Beatty, y a sus egos, en el mismo plató era un trabajo de alto riesgo),  Nichols estrenó los 80 con este híbrido de drama obrero y thriller político, protagonizado por la que sería su actriz de referencia a lo largo de dicha década: Meryl Streep. Relatando la historia -real- de Karen Silkwood, trabajadora de una central nuclear muerta en extrañas circunstancias, la película volvió a ponerle las peras al cuarto a los puritanos (encomendándole a Cher, sin ir más lejos, el personaje de una técnico lesbiana) y removió conciencias exponiendo un caso que, aún hoy, resulta extremadamente turbio. Gracias a todo ello, el filme tuvo 5 nominaciones a los Oscar, sin llevarse ningún premio.

Armas de mujer (1988)

¿Por qué se merece el título? ¿Ochentera? Pues sí, y con ganas: su historia de ascenso social en plena era yuppie resulta casi tan propia de esa época como los vestidazos de Sigourney Weaver Melanie Griffith o el pelo cardado de Joan Cusack. ¿Estupenda? También: siguiendo el libro de estilo de George Cukor y del Howard Hawks de Historias de Filadelfia, todo él réplicas ingeniosas, mujeres fuertes y puñaladas traperas,  Armas de mujer resulta una de las comedias más sofisticadas y divertidas de su época, deparando además sorpresas como la fugaz aparición de un Kevin Spacey que se come la pantalla (o, más bien, se la esnifa). De este modo, y aunque la película diste mucho de ser atemporal, eso de ver a Melanie y a Sigourney disputándose los favores de Harrison Ford mientras suena el Let the River Run de Carly Simon resulta todavía un placer.

Ángeles en América (2003)

¿Por qué se merece el título? Al igual que otros muchos directores de su generación, Nichols atravesó una mediana travesía del desierto durante los 90, por más que la arrancase con un hit como Postales desde el filo. Ahora bien: el cambio de siglo le dio la oportunidad de volver, como dicen los anglosajones, with a vengeance, reuniendo a un reparto de campanillas para adaptar la obra teatral de Tony Kushner (Lincoln) sobre la proliferación del sida en esta miniserie televisiva. Si bien Emma Thompson (con la que el director ya había trabajado en Primary Colors y el telefilme Wit), una Meryl Streep muy rabínica, Patrick Wilson y otros miembros del reparto se lucen de lo lindo, aquí los laureles se los lleva Al Pacino interpretando al abogado Roy Cohn, una sabandija humana tan cargada de iniquidades que cuesta creer que existiese en la realidad. Con sus 352 minutos de duración y su combinación de realismo histórico y surrealismo alucinatorio, Ángeles en América se llevó cuatro Globos de Oro y la friolera de 11 premios Emmy.

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