"Hollywood es una mierda": Actores y directores que reniegan de la industria

Está claro: lo de John Cusack y Hollywood es algo personal. Después de declarar que, por lo que a él respecta, la Meca del cine es "una casa de putas", el actor volvió a arremeter contra la industria (y, de rebote, contra la ciudad de Los Ángeles) en una entrevista a cuenta de Maps to the Stars, la película de David Cronenberg que protagonizó junto a Julianne Moore, Robert Pattinson y Mia Wasikowska. Charlando con la web Straight, Cusack calificó a la urbe californiana como "un lugar cruel" donde "tienes que luchar para mantener a los vampiros a raya". "Los Ángeles está tan llena de locos del desierto, timadores, charlatanes de feria y espiritistas que cuesta encontrar a una persona de verdad", dijo el actor, antes de redondear su diatriba describiendo el lugar como "una ciudad desesperada y llena de depredadores". En lo que respecta a las grandes productoras, su veredicto siguió sin ser amable: según explica, las películas que entrega hoy en día la maquinaria hollywoodiense "han sido destripadas y rehechas a la medida de un ejército de vicepresidentes ejecutivos que no se leen los guiones". "Hoy en día [la industria] es sólo la ficción colectiva de un grupo de corporaciones que dicen: 'Creemos la versión animada de un rostro'. No hay una sensibilidad que permita que pasen cosas interesantes".

Menuda perorata, ¿verdad? Está claro que John Cusack no se siente nada a gusto en el Hollywood de hoy, aunque cómo culparle teniendo en cuenta que dicho Hollywood sólo le ofrece trabajos a la altura (o a la bajura) de El enigma del cuervo. Pero seamos justos, y admitamos que él no es el único en cargar contra el statu quo de la industria cinematográfica: en ocasiones, los actores y los directores se olvidan de poner verdes las películas que ellos mismos han protagonizado, o de insultar a sus compañeros de profesión, para acordarse a su vez de los grandes estudios, de sus ejecutivos, de su cortedad de miras y de las proverbiales madres que los parieron. Y, si crees que los autores de estas invectivas son talentos de segunda resentidos por no haber llegado al estrellato, espérate a ver el ramillete de primeras figuras que hemos escogido para esta antología del denuesto.

[Hablando acerca de La joven de la perla] "Hacer la película con un estudio británico fue una suerte: vernos presionados para ponerle un final feliz, o una escena en la que Vermeer [Colin Firth] espía a la protagonista mientras ella se lava las tetas, habría sido infernal".

"[En Hollywood] si una actriz hace una mala película, o comete una estupidez, se le cierran todas las puertas de golpe: es una jodienda. (...) Aquí, la gente dice: 'Si eres una chica y quieres triunfar en la industria, tienes que comportarte como una hija de puta'. Y no debería ser así, porque si haces eso vas a tirar todas tus oportunidades por el desagüe y darnos mala fama a las demás".

"Hay mucho comportamiento sin sentido, sobre todo, en un lugar como Hollywood. El dinero, el poder, crea pequeños monstruos. (...) Mel Gibson está en una ciudad dirigida por judíos y dijo las palabras equivocadas porque mordió la mano que le ha dado de comer y ya no le hace falta porque tiene bastante. Es un marginado, un leproso. ¿Pero algún judío en su oficina no se ha vuelto y dicho, 'ese jodido cabeza hueca', 'que se jodan esos alemanes', o lo que sea?". 

"[Entre las estrellas de Hollywood] el nivel de autoexigencia es muy bajo. Y la mayoría se dedican a hacer películas de mierda sólo por el dinero. Yo les culpo a ellos tanto como culpo a los ejecutivos".

"Algunas especies de roedores tendrían más tino a la hora de financiar películas que los ejecutivos de los estudios (...) A esos, ni les gustan las películas, ni les gusta el cine".

"¿Que qué pienso de Hollywood? Digamos que, si viera a un ejecutivo de un estudio tirado en el suelo y desangrándose, ni me molestaría en cruzar la calle para ayudarle. Al menos no lo haría si no me pagasen por ello. Ninguno de esos tipos me ha hecho nunca ningún favor".

"En Beverly Hills, la gente no tira la basura al cubo: la recicla en forma de programas de televisión".

"Para mí, Hollywood es lo mismo que para ti [dirigiéndose al entrevistador]. Me es algo totalmente ajeno: estoy fuera de eso. (...) El éxito de Mamma Mia! no me sorprendió, ni sorprendió a casi nadie, salvo en Los Ángeles: financiar la película nos costó muchísimo. La mayoría de los ejecutivos decían 'no lo pillo'. (...) Ellos toman las decisiones basándose en lo que les hubiera gustado ver cuando tenían catorce años".

"A no ser que venga Scorsese y me ofrezca un papel importante, [los estudios de Hollywood] pueden irse a cagar. (...) Hay mucha gente dispuesta a contratar actores para que así eleven sus películas a lugares que, de otra forma, no les corresponderían. Les ofrecen un porrón de dinero por interpretar papeles de mierda, pero eso no mejora las películas. Y yo no estoy dispuesto a dignificar una película de mierda".

"La mayoría de las personas que han tenido éxito en Hollywood han fracasado como seres humanos".

"Hoy en día, la mayoría de los guiones son porquería superficial. A mí no me llega demasiado material últimamente, pero para saberlo sólo tengo que ver los papeles que le ofrecen a mi marido [la actriz realizó estas declaraciones en agosto de 2013, antes de divorciarse de Antonio Banderas]. La industria del cine ha cambiado mucho: yo ya no voy a ver películas, porque no hay nada que ver, sólo explosiones y superhéroes".

"Si no estás dispuesto a salir en pantalla con una pistola, algo que yo nunca he hecho, entonces dejarán de ofrecerte papeles principales aunque hayas sido una estrella toda tu vida: primero te llegarán sólo papeles de reparto, y después sólo te llamarán para que hagas cameos".

"Las productoras pequeñas te dan el dinero que tienen, y confían en ti. En cambio, los grandes estudios te dan el dinero, y después mandan a sus ejecutivos para que te metan el dedo por el culo y te persigan durante los cinco meses del rodaje".

"Hollywood me gusta tal y como está. Especialmente,  me gusta el hecho de que esté a casi 5.000 kilómetros del lugar donde vivo".

"Las mejores estrellas de Hollywood están todas en la animación: Alvin y las Ardillas jamás se te pondrán en plan divo ni te exigirán autocaravanas de lujo, y se portarán bien en las pruebas de vestuario. Cruella DeVille, el Tío Gilito o los Osos Amorosos son las únicas superestrellas sin problemas de drogas, crisis matrimoniales o demandas de paternidad que perjudican a su imagen pública. No envejecen, ni ponen mala cara cuando hay que hacer promoción, ni se meten con el director porque cobra más que ellos".

"Hollywood es ese lugar en el que te pagan mil dólares por un beso y cincuenta centavos por tu alma. Lo sé porque yo renuncié a la primera oferta y me quedé con los cincuenta centavos".