Inspiraciones peligrosas: 7 'remakes' encubiertos que hicieron historia

Sola en su casa, una chica ciega se enfrenta a dos criminales implacables. Los dos buscan algo que está ahí, sin que la protagonista lo sepa, y sus asechanzas acabarán convirtiéndose en un juego macabro que acabará con sangre. ¿Te suena este argumento? Seguramente sí, porque es el de Sola en la oscuridad, un clásico thriller de 1967 protagonizado por Audrey Hepburn... Y el de Atrapada en la oscuridad, la película con Michelle Monaghan como ex fotógrafa invidente, y que (si nos fiamos de sus créditos) no pretende ser un remake de la anterior.

Líbrenos quien corresponda de formular acusaciones de plagio: en realidad, esta similitud es un ejemplo de aquello que los cinéfilos de habla hispana denominamos un remake encubierto. Es decir, cuando un director o guionista realiza un filme que está mucho más que inspirado en una obra anterior, pero en el cual se han cambiado las cosas suficientes como para evitar caer en el latrocinio puro y duro, o en el remakeo de toda la vida. Si no tienes muy claro de lo que hablamos, seguro que sí lo tendrás tras leer la siguiente lista.

'Inspirada' en... Yojimbo (Akira Kurosawa, 1961), clásico del cine de samuráis con Toshiro Mifune dándolo todo.

¿Valió la pena? La verdad es que sí: puede que al maestro nipón no le sentase bien que Leone 'tomase prestado' su argumento, como ya habían hecho Preston Sturges y William Roberts para Los siete magníficos en 1960, pero él mismo tenía sus fuentes de inspiración (una novela noir de Dashiell Hammett, basada a su vez en una obra teatral de Carlo Goldoni) y salió con el riñón forrado del pertinente acuerdo extrajudicial. Por otra parte, estamos hablando del filme que codificó los tropos del spaghetti western, y que convirtió a Clint Eastwood en el Hombre sin Nombre por primera vez. En lo tocante a Kurosawa, todavía le quedaba

'Inspirada' en... Terror en el espacio (Mario Bava, 1965), producción de entrañable cutrez a cargo de un maestro de la serie B italiana.

¿Valió la pena? De nuevo nos encontramos con una respuesta afirmativa. Por suerte para él, y para la película, el guionista Dan O'Bannon tomó la premisa de Terror en el espacio (astronautas que encuentran un terror primigenio en un planeta desierto) y la combinó con otra multitud de fuentes, entre ellas varias referencias a la obra de Joseph Conrad. Lo cual no impide que, aun hoy, los fans del commendatore Bava despotriquen contra Alien de cuando en cuando.

'Inspirada' en... Río Bravo (Howard Hawks, 1959). Si no has oído a Dean Martin cantar My Rifle, My Pony & Me, hazte un favor y corre a verla.

¿Valió la pena? Resulta que el señor Carpenter no sólo cree en los valores del cine clásico, sino que también es un experto en la obra de Howard Hawks, y que colecciona copias en celuloide de sus películas. Por ello, su segundo largometraje compagina una economía de medios envidiable y muy buen ojo al actualizar la historia (cambiando a los pistoleros malos por pandilleros de Los Ángeles) con el respeto al maestro. Claro que había truco: para esta película, el director no sólo se fijó en Río Bravo, sino también en La noche de los muertos vivientes.

'Inspirada' en... Suspense... Hora cero (H. Bartlett, 1957), película de catástrofes aéreas de la que no se acuerda casi nadie (salvo en casos como este).

¿Valió la pena? En su rompedor segundo trabajo, el trío ZAZ demostró que no es necesario fijarse en los clásicos para ofrecer un buen remake de estranjis: también puedes fijarte en una película notoriamente mala, tomar su premisa (un ex piloto con miedo a volar, enfrentado a un aterrizaje de emergencia), y ponerla en un contexto jocoso con pilotos automáticos hinchables y Leslie Nielsen. Avispadamente, el trío se fijó en Suspense... Hora cero porque, al ser ambos filmes producciones de Paramount, podían usar fragmentos de su guión sin pagar un céntimo.

'Inspirada' en... Su mayor victora, un filme alemán de 1929 remakeado en 1951 con el título de Ellas somos nosotros.

¿Valió la pena? Es lo que tiene investigar sobre las fuentes de inspiración en Hollywood: comienzas a indagar, profundizas un poco... Y acabas buscándole las cosquillas al mismísimo autor de El crepúsculo de los dioses. En honor de Wilder, constatemos que este admitía sin empacho haber visto la primera versión de Ellas somos nosotros cuando vivía en Austria, y que tanto él como su coguionista I.A.L. Diamond (quien desconocía el original) añadieron dinamismo a la historia mediante su subtrama de gángsters. Por lo demás, las premisas románticas de ambos filmes son casi iguales, pero ya se sabe: "nadie es perfecto".

'Inspirada' en... Solo ante el peligro (Fred Zinemann, 1952), uno de esos westerns clásicos en los que todo mola, desde la música a Gary Cooper.

¿Valió la pena? Ya lo señalamos en su día: actualizar historias clásicas mediante premisas de ciencia-ficción es una costumbre con mucha historia. En este caso, y aunque Atmósfera cero no sea una obra maestra sin parangón, a Hyams le salió un filme muy apañado reciclando la metáfora del guionista Carl Foreman sobre la cobardía y la traición en la 'Caza de Brujas'. Total, un poblado minero en el cinturón de asteroides tampoco se diferencia tanto de uno en el Far West, y a falta de Gary Cooper, él tenía a Sean Connery. Sólo le faltó un personaje femenino con la percha de Grace Kelly.

'Inspirada' en... City on Fire (Ringo Lam, 1987), clásico del cine de Hong Kong que se puso muy, muy de moda desde entonces...

¿Valió la pena? Decir que Reservoir Dogs es el remake encubierto más influyente de la historia del cine sería exagerar, vistos los ejemplos anteriores. Pero si cambiamos el cine, en general, por el cine reciente... Entonces sería otra historia. Hay que decir, además, que la torrencial cinefilia del director se hizo notar muchísimo en la película, y que Tarantino fue lo bastante inteligente como para alterar muchos elementos de City on Fire para entregar una obra con sello propio. Lo cual resulta más interesante aún si consideramos que este filme es un debut, si no contamos con la primigenia My Best Friend's Wedding. Porque las fuentes de inspiración, por cercanas que estas sean, importan bien poco si no hay talento de por medio.

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