Tras más de cuatro décadas de carrera sobre los escenarios y en películas, Carlos Álvarez-Nóvoa ganó el Goya de mejor actor revelación a los 59 años por su trabajo en Solas (Benito Zambrano, 1999) interpretando al vecino de la protagonista Ana Fernández. El actor asturiano, conocido sobre todo por su carrera teatral, ha fallecido en la localidad sevillana de Palomares del Río a los 75 años como consecuencia de un cáncer de pulmón.
Álvarez-Nóvoa, licenciado en Derecho, Filología Romántica, Ciencias del Espectáculo y doctor en Filología Hispánica, comenzó a dedicarse a las artes escénicas a finales de los años 50. Actor dedicado ante todo al teatro, su primer papel cinematográfico no llegó hasta Los años bárbaros (Fernando Colomo, 1998), un año antes del éxito de Solas, un filme arrollador en galardones. A partir de entonces, empezó a recibir más papeles pequeños como los de El hijo de la novia (Juan José Campanella, 2001) o Elsa y Fred (Marcos Carnevale, 2005), así como otros más prominentes en La hija del caníbal (Antonio Serrano, 2003) con Cecilia Roth o Las olas (Alberto Morais, 2011), otra de sus interpretaciones más celebradas.
Durante la última etapa de su carrera también lo pudimos ver en series de televisión: Gran Reserva, Con el culo al aire, Imperium o en la actual Carlos, Rey Emperador interpretando a Leonardo Da Vinci. La directora Paula Ortiz contó con él en De tu ventana a la mía (2011) y también en la inminente La Novia (2015), su particular adaptación de Bodas de sangre que quedará como el último trabajo cinematográfico de Álvarez-Nóvoa encarnando al Padre de la obra de Federico García Lorca.
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