Muere la actriz Amparo Baró

Durante más de medio siglo, Amparo Baró ha sido un referente del arte dramático en España con una carrera profesional que abarca incontables actuaciones siempre de gran calidad en teatro, cine y televisión. La actriz barcelonesa ha fallecido esta mañana a los 77 años en Madrid, según ha podido confirmar El País.

Aunque en los últimos años había disminuido su actividad, tan sólo hace unas semanas había comenzado el rodaje de La puerta abierta, dirigida por Marina Seresesky. También sigue reciente en la memoria de los espectadores la enérgica interpretación que hizo de la madre Violet Weston en la obra teatral Agosto (Condado de Osage) con el Centro Dramático Nacional bajo dirección de Gerardo Vera durante 2011 y 2012. Fue su celebrado regreso a las tablas tras 13 años de ausencia, que se saldó con el Premio Max de Mejor actriz protagonista, culminación para la trayectoria de una fiera teatral que debutó en 1957 en Barcelona con una agrupación de aficionados y fue inmediatamente fichada por la compañía del teatro Windsor comandada por Adolfo Marsillach y Amparo Soler Leal.

Mientras sobre los escenarios interpretaba obras de prestigio de Georger Bernard Shaw, Mary Chace, Molière, Chejov, Lillian Hellman o Carson McCullers, el cine comercial español de los años sesenta no le dio muchas oportunidades más allá del encasillamiento en papeles estereotípicos para películas como Margarita se llama mi amor (Tito Fernández, 1961), Tengo 17 años (José María Forqué, 1963) o Carola de día, Carola de noche (Jaime de Armiñán, 1969). A partir de la década siguiente empezó a seleccionar y espaciar más sus incursiones cinematográficas, quedando para el recuerdo papeles en El bosque animado (José Luis Cuerda, 1987), Las cosas del querer (Jaime Chávarri, 1989), Boca a boca (Manuel Gómez Pereira, 1995) o El palomo cojo (Jaime de Armiñán, 1995). En 2007 ganó el Goya de Mejor actriz de reparto gracias a su actuación en Siete mesas de billar francés, de Gracia Querejeta.

Pero si por algo se hizo popular Baró hasta convertirse en una de las actrices más reconocibles de España fue por sus constantes trabajos televisivos en programas y series de todo tipo. Primero como uno de los rostros más conocidos de TVE, de aparición recurrente en los hogares españoles desde la sesentera Confidencias de Jaime de Armiñán a las representaciones teatrales de Primera fila, Hora once y Estudio 1; para las generaciones posteriores, gracias al enorme éxito de la sitcom 7 vidas entre 1999 y 2006. Fue ahí con su papel como Sole (cuatro veces galardonada como Mejor interpretación femenina por la Academia de la Televisión) con lo que se ganó la perfección en el gesto más celebrado de su carrera: