Muere Ray Harryhausen, el padre de los monstruos 'stop motion'

Ray Harryhausen, el artista y productor que ha muerto hoy en Londres a los 92 años, no dirigió jamás un largometraje y sólo aparece como técnico de efectos especiales en 15 películas. Sin embargo, para muchos espectadores, su nombre resulta mucho más familiar que el de cineastas como Desmond Davis (Furia de titanes) o Sam Wanamaker (Sinbad y el ojo del tigre). Algo que no resulta extraño: mientras que dichos directores firmaban las películas, Harryhausen las dotaba de algo que las hacía únicas, su talento para la animación stop motion.

Tras aprender dicho arte en el taller de Willis O'Brien, el animador de King Kong, de probar suerte como escritor de ciencia-ficción (mantuvo una larga amistad con Ray Bradbury) y de trabajar durante la II Guerra Mundial realizando filmes de propaganda a las órdenes de Frank Capra, Harryhausen vio despegar su carrera con el auge de la serie B en los años 50, trabajando en títulos como La Tierra contra los platillos volantes. Durante las siguientes décadas, su fama se fue incrementando gracias a títulos como Jasón y los argonautas, Hace un millón de años y El viaje fantástico de Sinbad. Gracias a todo ello, la Academia de Hollywood le otorgó un Oscar honorífico en 1992.

Entre los fans de Ray Harryhausen que han reconocido su influencia se hallan George Lucas ("Sin Ray no hubiese habido Star Wars"), James Cameron, Steven Spielberg y Tom Hanks. Pero el homenaje más entrañable le llegó de manos de Pixar: la casa del flexo le puso su nombre a un restaurante en Monstruos S. A. Nuestro tributo particular ha sido dedicarle un reportaje a sus criaturas más espectaculares.