Muere Richard Attenborough

El director, actor y productor ha fallecido a los 90 años. Galardonado con dos Oscar por 'Gandhi' (1982), fue una de las figuras más grandes del cine británico reciente.
Muere Richard Attenborough
Muere Richard Attenborough
Muere Richard Attenborough

Mediante cada una de sus facetas profesinales, Richard Attenborough se ganó un puesto de honor en la historia del cine británico y la memoria colectiva de varias generaciones de espectadores. El actor, director y productor, que desde 2013 residía en una residencia de ancianos junto a su esposa, la actriz Sheila Sim, y el próximo día 29 habría cumplido 91 años, falleció el domingo, según ha comunicado su hijo a la BBC. Su legado incluye la dirección de una docena de largometrajes y grandes interpretaciones en películas ajenas, muchas de ellas icónicas en un rango que va desde el desasosiego de John Christie en El estrangulador de Rillington Place (Richard Fleischer, 1971) hasta la ternura de John Hammond en Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993).

La formación cinematográfica de Attenborough estuvo estrechamente ligada al servicio militar. Se formó en la Film Unit de la Real Fuerza Aérea de las Fuerzas Armadas Británicas y participó en la filmación de varios bombardeos aéreos durante la Segunda Guerra Mundial. También estudió en la Real Academia de Arte Dramático y en 1941 comenzó una carrera sobre los escenarios teatrales que despegó en paralelo a sus actuaciones cinematográficas. Un pequeño papel en la cinta de propaganda bélica Sangre, sudor y lágrimas (David Lean & Noel Coward, 1942) le encasilló en roles de criminal que propiciaron su despegue con el aterrador y neurótico Pinkie Brown de Brighton Road (John Boulting, 1947), adaptación de la novela de Graham Greene que ya había representado sobre las tablas.

Fue un actor realmente prolífico durante los 50, con títulos como Comando de la muerte (Gut Green, 1958) o Estoy bien, Jack (John Boutling, 1959), pero su gran éxito profesional fue integrar el primer reparto de La ratonera, de Agatha Christie, en el Ambassadors Theatre en 1952, hoy en día la obra teatral con la representación ininterrumpida más longeva del mundo. En la década siguiente, el éxito de Attenborough cruzó las fronteras del Reino Unido para despuntar en Hollywood a través de La gran evasión (John Sturges, 1963) y empezó a acumular premios, como los BAFTA de interpretación por Guns at Batasi (John Guillermin, 1964) y la estupenda Plan siniestro (Bryan Forbes, 1964), así como los Globos de Oro que reconocieron sus actuaciones en El Yang-Tsé en llamas (Robert Wise, 1966) y El extravagante doctor Dolittle (Richard Fleischer, 1967). También dio una de sus actuaciones más memorables frente a James Stewart en El vuelo del Fénix (Robert Aldrich, 1965) y, a finales de década, comenzó su carrera en la dirección con el musical bélico ¡Oh, qué guerra tan bonita! (1969).

La dirección y producción de sus propias películas hicieron que sus apariciones como actor se fueran haciendo cada vez más esporádicas, pero realmente memorables. Después de El estrangulador de Rillington Place trabajó con Satyajit Ray (Los jugadores de ajedrez, 1977) y Otto Preminger (Rosebud, 1975; El factor humano, 1979) y, tras la ruptura del silencio interpretativo gracias a los dinosaurios de Steven Spielberg, en los 90 todavía se dejó ver en contadas ocasiones como Hamlet (Kenneth Branagh, 1996) o Elizabeth (Shekhar Kapur, 1998).

Pero fue su labor como director la que le brindó mayor reconocimiento y prestigio profesional durante las últimas décadas de su carrera. Tras dos películas que seguían empañadas de la imaginería bélica que había mamado como El joven Winston (1972) —un biopic de Winston Churchill— y Un puente lejano (1977) —sobre una campaña europea de la Segunda Guerra Mundial—, llegó la escalofriante Magic (1978), su única incursión en el cine de terror, adaptando una novela de William Goldman, y con Anthony Hopkins como ventrílocuo cuyo muñeco cobra vida. Attenborough llegó a la cima unos años más tarde con Gandhi (1982), el épico biopic de Mahatma Gandhi protagonizado por Ben Kingsley que se llevó ocho Oscar, incluidos los de Mejor dirección y Mejor película. A partir de ahí, tras un nuevo intento musical con Chorus Line (1985), la filmografía del cineasta terminó de escorarse definitivamente hacia el género biográfico: Grita libertad (1987), Chaplin (1992), Tierras de penumbra (1993), En el amor y en la guerra (1996) y Búho Gris (1999). El romance bélico Cerrando el círculo (2007), de nuevo ambientado en la Segunda Guerra Mundial, fue su última película.

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