A veces, los actores y los directores que ruedan sagas juntos acaban hasta el colodrillo el uno del otro (ejem, Harrison Ford y George Lucas, ejem). En otras ocasiones, sin embargo, terminan entablando una bonita relación laboral, y ese parece haber sido el caso de Jennifer Lawrence y Francis Lawrence, el director de las dos últimas entregas de Los juegos del hambre. Tras haberse visto en el plató de En llamas y de las dos entregas de Sinsajo, la actriz y el cineasta podrían repetir con Red Sparrow, un thriller ambientado en la Rusia contemporánea cuyo guion ya ha atraído a David Fincher y Darren Aronofsky.
Si todo sale bien, 'J-Law' se pondrá en la piel de Dominika Egorova, una espía especializada en tender 'honey traps': se trata de esa artimaña según la cual, como nos explicó el bueno de George Smiley, un agente doble seduce a un miembro del bando contrario, con fines tan nobles como el chantaje, el asesinato o el robo de información. Obligada por sus superiores, la protagonista debe llevarse al huerto a un espía estadounidense. ¿Adivinas lo que viene después? Exacto: una historia de pasión prohibida que pone a la chica y a su objetivo en el punto de mira tanto de Moscú como de Washington.
El proyecto suena bien, pero Jennifer Lawrence tiene la agenda muy apretada: además de Los juegos del hambre: Sinsajo - Parte 2, la actriz debe atender una lista de espera en la que figuran The Rosie Project de Richard Linklater -Boyhood- y Passengers, junto a Chris Pratt. Eso sin contar los rumores según los cuales James Cameron la quiere de protagonista en The Dive. ¿Encontrará tiempo Jennifer para viajar a la Madre Rusia?
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