Teoría demente del día: ¿Es 'Frozen' un 'remake' de 'El resplandor'?

¿Es la princesa Elsa un álter ego de ese Jack Nicholson con hacha? Una fan asegura que sí... y tiene sus razones.
Teoría demente del día: ¿Es 'Frozen' un 'remake' de 'El resplandor'?
Teoría demente del día: ¿Es 'Frozen' un 'remake' de 'El resplandor'?
Teoría demente del día: ¿Es 'Frozen' un 'remake' de 'El resplandor'?

De entre todos los clásicos de cine que han inspirado teorías absurdasEl resplandor se lleva la palma. Hasta tal punto es así, que las especulaciones armadas en torno a la película de Stanley Kubrick han servido para armar un documental, de título Room 237 (2012) y en el que se dan salida a los rumores de siempre: que si es una metáfora sobre el exterminio de los indios americanos, que si en realidad la cosa va del Holocausto, que si en ella hay pistas que prueban que el hombre no llegó a la luna... En fin, lo normal. Pero resulta que en el Hotel Overlook siempre hay sitio para un nuevo ataque de conspiranoia: según informa Moviefone, una bloguera llamada Mary Katharine Hammer ha logrado tender puentes entre dos universos tan antitéticos como los del genio del Bronx y la factoría Disney. ¿Cómo? Pues afirmando que Frozen es un remake encubierto de El resplandor. Y quedándose tan ancha.

¿En qué se basa Hammer para formular su teoría? Vayamos por partes. Su primer argumento es la similitud entre Elsa, la princesa (o más bien reina) con poderes gélidos que coprotagoniza Frozen, y nuestro viejo amigo Jack Torrance. No se trata de que la soberana de Arendelle vaya por ahí rompiendo puertas a hachazos, ni que al personaje de Jack Nicholson le haya dado por cantar el Let It Go: "Hablamos [en ambos casos] de un personaje que pone en peligro a sus seres queridos, que se vuelve todavía más inestable al encerrarse en un edificio situado en un paraje helado, y que empeora tras adquirir la obligación de asumir un rol de liderazgo". Y, si Jack es igual a Elsa, la buenaza de Anna, ¿a quién equivale? Pues no a Wendy (Shelley Duvall) sino al pequeño Danny: de acuerdo con la teoría, ambos son "protagonistas inocentes a los que, tras un contacto con poderes sobrenaturales, se les prohibe acceder a una habitación cerrada". Por si esto fuese poco, la autora señala que esos juegos infantiles con los que Anna ocupa su tiempo mientras entona lo de Do You Want To Build A Snowman? son el equivalente a las carreras del niño con su triciclo. A la madre de la famila Torrance le toca un destino todavía peor que aquel doblaje con Verónica Forqué: la teoría de Hammer la equipala con Olaf. Wendy y el muñeco de nieve quedan igualados, según el texto, por ser "secundarios cómicos que protegen del peligro a los protagonistas".

¿Pasmados? Pues esperad, que todavía hay más: Hammer prosigue explicando que ese accidente que vemos en el prólogo de Frozen (ese en el que Elsa está a punto de matar a Anna con sus poderes) equivale a un caso de violencia doméstica entre Jack y su hijo mencionado en los diálogos de El resplandor. Así mismo, Kristoff el mercader de hielo sería la contrafigura del cocinero Halloran, ya que ambos están acostumbrados al frío y han tenido contactos con las fuerzas ocultas (en el caso del cachas nórdico, por haberse criado entre los trolls, y en el de Halloran debido a sus poderes mentales). En cuanto al príncipe Hans, se lleva la asociación más siniestra, como no podría ser de otra manera: su equivalente en la película de Kubrick es Delbert Grady, ese antiguo vigilante del hotel Overlook que armó una escabechina con su esposa y sus hijas gemelas, y cuya aparición espectral pone a Jack en el sendero de la locura. ¿Recuerdas lo de "usted siempre ha sido el vigilante"? Pues eso.

Los paralelismos que traza Mary Katharine Hammer entre Frozen y El resplandor van mucho más allá: también abarcan escenas concretas de las dos películas, hilvanando coincidencias a tutiplén. El resultado de tanto análisis, concluye la autora, es sencillo: "Stanley Kubrick, en uso de su genialidad, predijo con inquietante precisión cómo sería la película de animación más taquillera de la historia 33 años de que ésta se estrenase". Tras leer este colofón, nos da en la nariz que Hammer no se cree nada de lo que ella misma ha escrito, y que su examen de Frozen y El resplandor es en realidad una broma muy elaborada. Pero, oye, ¿y lo bien que se lo pasa uno leyéndola?

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