"Yo llevé a una chica Bond al bosque de los vampiros"

¿Para qué juntas a Caroline Munro y al jefe de efectos especiales de 'El resplandor'? Pues para soltar sangre a borbotones: 'Vampyres' se estrena hoy en España.
"Yo llevé a una chica Bond al bosque de los vampiros"
"Yo llevé a una chica Bond al bosque de los vampiros"
"Yo llevé a una chica Bond al bosque de los vampiros"

Lo primero que se agradece de Vampyres, la película que estrena hoy Víctor Matellano, es que pone las cartas sobre la mesa: con semejante título, no hace falta saber que se trata de un remake de Las hijas de Drácula (1974), un clásico del género, ni que en su guion está la firma de José Ramón Larraz, el director del original. Su cartel y su tráiler también nos avisan, por si hiciese falta, de que en este filme nos aguarda una dosis al por mayor de hemoglobina con aliño de fornicio, según las reglas del vampirismo clásico. "En el género de vampiros, lo antinatural es Crepúsculo: aquí siempre ha habido sexo, sangre e incorrección política", asegura el director. Todo ello empezando por unas vampiresas que, en la tradición de la matriarca Carmilla, "no es que sean lesbianas: es que le dan a todo, incluyendo al canibalismo". Si te atreves a comprobarlo, puedes hacerlo: tras su paso por el Festival Nocturna de Madrid, y antes de partir a México para el Feratum Film Fest, Vampyres se estrena hoy en España.

En Vampyres, pues, hay sangre de sobra. Y en ese mar de RH positivo, además de un Fele Martínez definido por el cineasta como "muy cachondo", se hallan veteranos del terror y la fantasía en celuloide como Antonio Mayans (actor fetiche que fue de nuestro añorado Jess Franco), Conrado San Martín (un señor con 127 títulos a sus espaldas, en cuya filmografía se hallan tanto El coloso de Rodas Gritos en la noche como La Lola se va a los puertos) y, sobre todo, Caroline Munro. O, como diría cierto señor del servicio secreto británico: La espía que me amó. Estamos hablando de la partenaire de Roger Moore en su segunda película como James Bond, y también de una señora que conoce el género de terror muy de cerca, habiendo actuado tanto en clásicos hammerianos (Capitán Kronos, cazador de vampiros) como en una piedra angular del slasher más bestia como Maniac (la original de 1980). Normal que Víctor Matellano, quien además de cineasta de ficción es documentalista e historiador, se lo haya pasado pipa trabajando con ella. Y no se corta en definirla como "una tía maravillosa".

"Caroline ya había estado en España varias veces", puntualiza Matellano. "De hecho, había rodado parte de El viaje fantástico de Simbad muy cerquita de donde hicimos Vampyres, cerca de Tres Cantos... cuando Tres Cantos ni siquiera existía como pueblo". Por lo que nos dice el director, estar con la Munro es una ocasión única para enterarse de anécdotas y pormenores del cine de género más clásico, pero contados siempre con mucho respeto: "A ella, por ejemplo, no le gusta Maniac como película, pero siempre deja claro que le gusta haber participado en ese filme". 

Rodaje Vampyres (9)

Según Matellano nos va contando, sabemos que conocer a la actriz sería un sueño para cualquier admirador de Ray Harryhausende quien era muy amiga, y también para un seguidor de los filmes de la Hammer: "Era una empresa muy pequeñita, casi familiar, y allí se conocían todos". Sin ir más lejos, en su relato se intuyen anécdotas sabrosas sobre el dúo más señero del estudio británico, el formado por Peter Cushing Christopher LeeEl primero, que también fue el gobernador Tarkin de Star Wars, era, efectivamente, un señor famoso por su bondad y sus buenas maneras. Del hombre que fue Saruman Drácula, y con quien Víctor Matellano estuvo a punto de trabajar en su debut Wax, no nos enteramos de demasiado, salvo de que era "el más especial de los dos". 

Aunque cotillear está feo, no nos resistimos a seguir. Porque Caroline Munro también trabajó con Vincent Price en El abominable Dr. Phibes y su secuela... y en esos filmes también estuvo, siendo un pipiolo, Colin Arthur (foto, abajo) un mítico creador de efectos especiales con cuya vida también se podría escribir un libro (de hecho, Matellano ha escrito uno), que fue colaborador de Harryhausen, y que, mira tú por dónde, se ha hecho cargo de los efectos especiales de Vampyres. ¿Cómo se siente uno al trabajar con el tipo que trabajó con Kubrick, y entre cuya filmografía están La historia interminable, Conan el bárbaro y la propia Las hijas de Drácula? Pues requetebien: por lo pronto, la sangre usada en esta película ha sido elaborada con la misma fórmula que en El resplandor"No hemos llegado a usar tanta como en aquella película, cuando el ascensor, pero en algunas escenas llegamos a tirar hasta 30 litros". Y todo, además, realizado mecánicamente en el plató: "Si hay que arrancarle el brazo a alguien, se le arranca, y sin efectos digitales". Según refiere Víctor, Fele Martínez se lo ha pasado especialmente bien en el proceso ("Como dice él, '¡Con dos cojones!"). Además, esos momentos de evisceración han sido muy agradables de rodar: a diferencia de otros directores de efectos de especiales, que gustan de esconder sus secretos ("Algunos te explican cómo se hace... pero se dejan a propósito el detalle más importante") Colin Arthur gusta de explicar su arte y "te lo cuenta todo".

Rodaje Vampyres (12)

Con un equipo tan internacional, y con un director que la define "no como 'spanish horror', sino como 'euro horror", tampoco extraña tanto que Vampyres esté concebida "con todos los respetos, para venderse en el mercado de fuera". Matellano sabe de lo que habla, porque su Wax se distribuyó antes en EE UU que en España. Pero, nacionalidades aparte y volviendo al principio, la película también presenta una doble lectura: "Puedes verla como un regreso al cine de vampiros de toda la vida, o como una película de horror y de sexo. No hace falta conocer el género para disfrutarla, más aún ahora que vuelve lo vintage: mira cómo ha triunfado James Wan com Expediente Warren, o lo que ahora hace Amenábar con Regresión". Un retorno que, concluye el cineasta, trae consigo su propia dosis de libertad: "Ahora se pueden volver a contar ciertas cosas, otra vez".

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