Intruders

El género de terror es uno de los que mejor refleja las distintas velocidades a las que se mueve el cine y cómo los distintos tipos de público llegan a asimilar sus imágenes y temas recurrentes. Mientras que, por definición, el cine de terror está llamado a pulverizar la tranquilidad del espectador pasivo, rasgar sus ojos con cuchillas buñuelianas y, en definitiva, ponerle en contacto con el desasosiego que late bajo la realidad, su evolución a lo largo del tiempo y la hibridación de géneros han propiciado muy distintas ramificaciones. La de Intruders sería el terror de qualité, con coartada psicológica y más cercano al thriller de multisalas que a los habituales productos franquiciados o a los auténticos laboratorios de experimentación del género en occidente (Rob Zombie, Lucky McKee, Ti West, Fabrice Du Welz). Es fácil ver esto por su reparto, encabezado por una estrella multi-target como Clive Owen, o su historia, que no pretende revolver el estómago de nadie. Algo que no es ni bueno, ni malo, pero conviene saberlo.

En realidad, los puntos fuertes de la tercera película de Juan Carlos Fresnadillo, que tras Intacto y 28 semanas después no necesita justificarse ante nadie como narrador con pulso para el suspense o plasticidad para la hemoglobina, están en un lado quizás alejado del terror cinematográfico, pero no del de la vida real: el drama familiar. La construcción de las dos familias protagonistas, la española integrada por Pilar López de Ayala y su hijo de 8 años y la inglesa que forman Clive Owen, Carice Van Houten y su hija preadolescente, es el excelente resultado de un muy cuidado trabajo de narración y dirección de actores. La química padre-hija entre el padrazo que interpreta Owen y esa prometedora Ella Purnell (ya destacaba en Nunca me abandones) está conseguida a un nivel que sólo parecía posible en un tipo de producciones con coordenadas muy diferentes, como la maravillosa El padre de mis hijos, de Mia Hansen-Løve. A destacar, el estupendo momento en el que ambos queman un improvisado espantapájaros que representa la amenaza latente. Al mismo tiempo, la desesperada madre coraje de Pilar López de Ayala vuelve a demostrar la intensidad que consigue la actriz cuando alcanza su cenit visceral. Desde luego, que las mayores loas dedicadas a una película de terror que cuenta la historia de dos niños que viven en ciudades diferentes y son atacados por el mismo espectro sin rostro (una especie de dementor potteriano con chubasquero de Sé lo que hicisteis el último verano bautizado como Carahueca) sean para las escenas intimistas resulta significativo. Algo que no es ni bueno, ni malo, pero conviene saberlo.

Si en Monstruos S. A. Pixar nos hablaba del engranaje industrial que los monstruos de nuestra infancia tenían montado en torno a los sustos nocturnos de los niños de todo el mundo, Fresnadillo busca el origen de esos miedos y los propios monstruos en la herencia familiar. Prefiere analizar la transmisión del miedo en vez de practicarla, aunque sin descuidar la atmósfera inquietante ni los momentos-susto que sirven de necesario aliño a su circo de dos pistas. Así, a medio camino entre la mirada inteligente al mundo de la infancia (sin ser Donde viven los monstruos) y el drama familiar sobrenatural (sin ser Fanny y Alexander), construye un cuento de terror intrigante pero inofensivo. Algo que no es ni bueno, ni malo, pero conviene saberlo.

DANIEL DE PARTEARROYO

FICHA TÉCNICA

Intruders

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  Dos niños, uno en Londres y otro en Madrid, experimentan extrañas visiones sobre 'Carahueca', un monstruo infantil. Las vidas de las dos familias darán un vuelco: los intrusos ya están en sus casas, y no van a irse sin aquello que quieren arrebatarles.

• RESUMEN: Fresnadillo vuelve a los terrores familiares.

• ESTRENO: 07/10/2011

• Terror, thriller / EE UU, RU, España / 2011 / Director: Juan Carlos Fresnadillo Reparto: Clive Owen, Daniel Brühl, Carice Van Houten, Kerry Fox, Pilar López de Ayala Guión: Nicolás Casariego, Jaime Marqués