Un tipo serio

Los Coen vuelven a parecerse a sí mismos. Que baje Dios y lo vea
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"Ningún judío fue maltratado durante el rodaje de esta película". Tal cual. En un rincón de los títulos de crédito se oculta, como si fuese uno más de los mandamientos de la Torah, la parte más chocarrera del mensaje de Joel & Ethan Coen ante el judaísmo, la religión/cultura que les tocó en el reparto de talentos divinos. Sonará a cachondeo, pero ese ‘Hasta aquí llegó la riada’ deja el poso judío y los chistes de Wagner de Woody Allen a la altura de un monólogo de Seinfeld, y coloca a ambos más cerca del análisis de cualquier gentil que de este candelabrazo de siete velas a la cabeza de una cultura que también explica la historia de EE UU, a su manera, oscilando entre el “Conténtate con lo que te ha tocado” y el “Jódete” que les enseñaron.

Los Coen han reformulado todo un universo, los Estados Judíos de América, encajando desde las esencias y los violinistas sobre el tejado de la magistral introducción (rima con maldición) que da sentido a la película, al caldo de cultivo kosher de lo que es hoy la herencia de los judíos norteamericanos. En esto, los Coen, niños de los 60, comparten extrañamente una unidad de destino en lo universal con la mirada de Haneke a la infancia alemana en La cinta blanca. De aquellos polvos... Y todo ello, sin decir ni mu sobre el holocausto. Que ya tiene mérito. Una colección de narices sensacional, con Michael Stuhlbarg al frente, se une a su talentosa pedantería habitual, la que les permite mezclar el drama con la comedia delirante, hilándolo todo muy fino con una magistral puesta en escena punteada por el mcguffin de un transistor. Y entre chanzas aparentemente inofensivas, los hermanos más listos del Séptimo Arte lanzan su bomba con retardo: un profesor de matemáticas que inventa fábulas para explicar sus abstrusas fórmulas busca el porqué de su mala suerte. ¿Cómo hacer más digerible la pura realidad?, nos pregunta a gritos.

Y mientras los rabinos intentan iluminar lo que no pueden, los mismos Coen, retomando su pulso clásico menos tontuelo, explican un mundo que no tiene explicación, de una forma tan brillante que acaba consolándonos. Huir es la respuesta en una cultura en la que sólo se habla de dinero, sexo y religión. Ni una palabra de amor entre judíos. Por eso el hijo del protagonista sólo quiere ver la tele. Por eso todos escapan con el Somebody to Love de los Jefferson Airplane. Por eso los Coen se refugiaron en el cine para entender algo. Por eso nosotros vemos sus películas como si fuesen respuestas caídas del cielo.

CARLOS MARAÑÓN

Valoración:

FICHA TÉCNICA

Un tipo serio
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  • Sinopsis:

    Un profesor universitario, padre de familia de la tranquila comunidad judía de Minneapolis, ve cómo unaserie de desgracias empiezan a cambiar su cuadriculada existencia.

  • RESUMEN: Los Coen vuelven a parecerse a sí mismos. Que baje Dios y lo vea

  • ESTRENO: 08/01/2010

  • [A SERIOUS MAN] CINE NEGRO / FRANCIA, RU, EE UU / 2009 / 105 MIN. / UNIVERSAL. DIRECTOR: JOEL Y ETHAN COEN ACTORES: MICHAEL STUHLBARG, RICHARD KIND, ADAM ARKIN GUIÓN: J. Y E. COEN FOTOGRAFÍA: ROGER DEAKINS

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