Todos los 'easter eggs' de 'Terminator Génesis'

[SPOILERS] ¿Mareado con tanta línea temporal y tanto número de serie? Ven con nosotros si quieres descubrir los secretos del nuevo apocalipsis cibernético.
Todos los 'easter eggs' de 'Terminator Génesis'
Todos los 'easter eggs' de 'Terminator Génesis'
Todos los 'easter eggs' de 'Terminator Génesis'

Cuando Arnold Schwarzenegger dice lo de "¡Volveré!", está claro que hay que tomárselo en serio: Terminator Génesis supone la cuarta vez que el cachas austríaco se instala el sistema operativo del T-800, ese cyborg destructor y de rocoso acento creado por James Cameron en 1984. Esta vez, además, la máquina asesina ha viajado en el tiempo con un objetivo muy especial: convertirse en el padre adoptivo de Sarah Connor (una Emilia Clarke -Juego de tronos- que compite en rudeza con Linda Hamilton) y, por tanto, en suegro del nuevo Kyle Reese (Jai Courtney), además de en abuelo de un John Connor (Jason Clarke) que ya no es el Mesías antimáquinas de las entregas anteriores, sino algo... un poquito distinto. Líos genealógicos aparte, nosotros hemos visto la película, la hemos escudriñado con una inteligencia (artificial) digna de la mismísima Skynet, y ahora te ofrecemos una colección de guiños y easter eggs tan exhaustiva (o más) como la que le dedicamos a Jurassic Worldel otro gran retorno del verano. Recuerda que este informe puede contener SPOILERS tanto de este filme como de entregas anteriores de la saga. Y que, si tanto número de referencia te marea, siempre puedes consultar nuestra práctica guía de terminators.

El momento cumbre que nunca vimos

Para los fans veteranos de la saga, el comienzo de Terminator Génesis es un caramelito: nos muestra el momento en el que John Connor y sus muchachos toman por fin las instalaciones de Skynet... para entonces descubrir que su victoria ha sido en vano, por culpa de cierta máquina del tiempo. Estamos ante el punto crucial de la saga, aquel que pone en marcha la acción de todas las demás películas desde Terminator, pero que ningún filme nos había mostrado hasta ahora. ¿La respuesta a un deseo largamente formulado, o una forma de echar por tierra la sutileza del original renunciando al fuera de campo? Opiniones...

¿Qué te ha pasado en la cara, John?

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Lo primero que notamos al conocer a ese John Connor interpretado por Jason Clarke es que se ríe mucho: algo quedará ahí dentro del gamberrete Edward Furlong de Terminator 2. Y, lo segundo, que su rostro muestra esas cicatrices lucidas en esa misma secuela por Michael Edwards, el actor que interpretaba fugazmente al líder de la Resistencia en su prólogo. Recordemos que, cuando dio vida al mismo personaje en Terminator Salvation, Christian Bale mostraba un rostro liso como el culete de un bebé, barba de tres días aparte, hasta que un T-800 al rojo vivo le hacía una caricia...

Es lo mismo, pero no es igual

Llegamos a la primera pieza importante de nuestro informe: el momento en el que, con la excusa de una paradoja temporal, Alan Taylor le enmienda la plana a James Cameron replicando casi plano por plano el comienzo de la Terminator original. El basurero que se queda pasmado al observar tanto aparato eléctrico, la llegada del primer 'Arnie' (todavía joven y, como manda la tradición, en pelota picada) al Observatorio Griffith de Los Ángeles y su abrupta conversación con tres punks que, queriendo atracarle, acaban cadáveres y sin ropa, son momentos que aparecen tal cual en la primera película de la franquicia. Claro que, en ésta, el cyborg asesino no se encuentra con una versión viejuna (pero no obsoleta) de sí mismo que le pone las peras al cuarto.

Nostalgia con velcro

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Al igual que la aparición de Schwarzenegger, la llegada de Kyle Reese a 1985 está calcada de Terminator... y, como tal, resulta mucho menos digna, con nuestro soldado dándose un morrazo al salir de la puerta temporal (ahora sabemos por qué: porque se materializó a un par de metros del suelo), robándole sus ropas a un mendigo y refugiándose en unos grandes almacenes para huír de la policía. Aquí observamos otro ejemplo de amor al detalle, porque, entre las prendas que Kyle escamotea en el lugar, se hallan unas zapatillas Nike Vandal, como las vestidas por Michael Biehn en la primera película. Al hallarse ese modelo descatalogado, la diseñadora de vestuario Susan Matheson (ultrafan de la saga) se puso en contacto con la marca estadounidense, quien trató de convencerla de que usase un modelo actual por cosas del product placement. Matheson no sólo se negó, sino que consiguió un auténtico par de Vandal para recrear fielmente la escena.

¿Qué pinta un T-1000 aquí?

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Vale: que un T-800 modelo Chuachenaguer viaje al pasado para matar a Sarah Connor es algo con lo que todos contamos. Pero ¿a que no esperabas encontrarte con un cyborg asesino de metal líquido (y vestido de policía, además) persiguiendo a Kyle Reese? Esto tiene su explicación, porque el filme que nos ocupa ha llevado a cabo los planes originales de James Cameron para su película de 1984. Entonces, la idea del cineasta era contar con dos terminators, uno de ellos de diseño 'tradicional' y otro con poderes metamórficos. Por imperativos de la tecnología y del presupuesto, el canadiense tuvo que renunciar a ese plan, desquitándose con la secuela de 1991. Pero el primer acto de Génesis nos permite imaginar lo que podría haber sido.

"Viejo, pero no obsoleto"

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El flashback en el que una Sarah Connor niña es salvada por el 'Abuelo' puede sorprender a nivel argumental, pero poco más: gracias a Terminator 2, todos sabemos que a los T-800 se les da bien hacer de canguro. Lo que sí nos hace sonreír de complicidad es ver el look con el que se presenta la máquina: esa indumentaria de luto riguroso y, sobre todo, esas gafas de sol, nos traen a la memoria el aspecto del primer Terminator interpretado por Schwarzenegger. ¿Lo recuerdas? Ese que era el malo, que daba miedo y todas esas cosas...

"¡Ven conmigo si quieres vivir!"

'Gracias' a los tráilers, todos sabíamos que esa Sarah Connor militarizada y khaleesi pronunciaría LA FRASE de la saga Terminator (aquella que, en el original, corría a cargo de Michael Biehn, y que le soltaba 'Arnie' a una consternada Sarah Connor en Terminator 2). Afortunadamente, el serial tiene muchas más líneas de diálogo clásicas, y en esta película aparecen casi todas: "No puedes hablar con él, no puedes razonar con él" (cuando toca describir a un Terminator), "¡Fuera!" (cuando un Terminator necesita un vehículo) y, por supuesto, el "¡Volveré!" de 'Arnie'. La única que falta es ese "Hasta la vista, baby" que se convirtió en "Sayonara, baby" en el doblaje castellano de Terminator 2... y que, por raro que parezca, hizo acto de presencia durante la producción: el working title usado por Terminator Génesis durante su rodaje fue "Vista".

La sonrisa austriaca

¿Has visto la versión extendida de Terminator 2? Entonces recordarás uno de los momentos más humorísticos de una franquicia extremadamente seria: aquel en el que el joven John Connor intenta que su protector cibernético aprenda a sonreír para camuflarse mejor entre los humanos. Según vemos en Terminator Génesis, Sarah Connor le ha dado las mismas lecciones a su 'Abuelo', con resultados similares. Si una bestia tecnoorgánica del futuro ya impone lo suyo (más aún si, para colmo, es algo así como tu suegro), no digamos cuando enseña los dientes.

Ese coche me suena...

Terminator_Genesis_DeLorean

No todos los guiños de esta película aluden a otras entregas de Terminator. Por ejemplo, cuando Sarah, Kyle y el 'Abuelo' huyen a toda mecha por una autopista, su furgoneta se estrella contra un coche que tal vez te resulte familiar: se trata de un Delorean DMC-12, el mismo aparato al que 'Doc' Brown agregó un condensador de fluzo para convertirlo en una máquina del tiempo con estilo. ¿Las mayores ironías de todas? Pues que estamos en 1985, un año antes de que se estrenara Regreso al futuro, y que el DMC-12 resultó un enorme fracaso comercial: seguramente, el dueño de este coche acabó arrepintiéndose de la compra.

Contrólame otra vez

Terminator_Genesis_T1000

Si bien muchísimos de sus rasgos son un homenaje al modelo original, el interpretado por Robert Patrick en 1991, el T-1000 que le hace la vida imposible a Kyle Reese en el comienzo de esta película parece un modelo mejorado. Concretamente, presenta un poder que hasta ahora sólo le habíamos visto a T-X, la terminatrix de Terminator 3: el de controlar otras máquinas y ponerlas a su servicio. Ahora bien: si la cyborg Kristanna Loken lograba ese efecto mediante un artilugio alojado en su mano, mientras que el nuevo villano lo obtiene dejando caer gotitas de su cuerpo líquido. ¿Da grima? No, qué va...

¡Anda, si han visto la serie!

El momento en el que Sarah Connor y Kyle Reese llegan a 2017, con tanto tino y cálculo que aparecen en mitad de una autopista, también es un guiño. Y uno muy especializado, además: alude a la serie Terminator: Las crónicas de Sarah Connor, un show que se emitió entre 2008 y 2009 con Lena Headey (también conocida como Cersei Lannister) interpretando a la siempre iracunda matriarca. En la serie, la familia Connor y una terminatrix muy mona llamada Cameron (Summer Glau) viajaban en el tiempo desde 1995 hasta 2007 para evitar la creación de Skynet. Y, cuando llegaban, tenían ocasión de comprobar que el tráfico nocturno en Los Ángeles seguía siendo un asco.

Autobús o grúa, qué mas da

La persecución más espectacular de Terminator Génesis es aquella que implica a todo un parque móvil, y que acaba con la estampa de un autobús escolar dando una vuelta de campana. ¿Un capricho del director y los guionistas? Nada de eso: se trata de otro homenaje a Terminator 3, concretamente a aquella escena en la que (tras muchísimos destrozos sobre ruedas) la T-X acababa con su camión grúa del revés. Puedes verla en el vídeo de arriba.

Joven por fuera, clásico por dentro

¡Anda, un guiño a Terminator Salvation! Para que luego digan que el filme de McG es el patito feo de la franquicia... En fin, prosigamos: cuando el T-800 malo (es decir, el que tiene la pinta de Arnold joven) está a punto de hacerle picadillo, Kyle Reese usa el mismo sistema que Christian Bale en aquella película: bombardear a la máquina con explosivos, abrasando su cobertura orgánica y dejando a la vista esa estructura de titanio que todos conocemos y amamos.

"Ahora entiendo por qué lloráis"

Si no sientes un nudo en el estómago al leer las palabras de arriba, una de dos: o no has visto Terminator 2, o estás a las órdenes de Skynet. Dejando aparte las dudas sobre tu humanidad, señalemos que el emotivo final de la secuela se lleva dos guiños: el primero, cuando el 'abuelito' de Sarah aparece poniendo el pulgar hacia arriba (lo mismo que hizo su homólogo de 1991 al sumergirse en un alto horno...) y el segundo cuando, en el hospital, Sarah y Kyle deciden acabar con ese John Connor tan plasta y terminatorizado mediante una máquina de resonancia magnética (igual que a la terminatrix en la tercera entrega, fíjate tú). En ese momento, el engendro mecánico deja escapar unas lágrimas, que nosotros comprendemos: una cosa es que tus padres no te quieran, y otra que intenten reducirte a un amasijo de limaduras.

El doctor Dyson no escarmienta

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En esta línea temporal, el científico jefe de Cyberdine Systems no ha sufrido aquel susto tan tremendo que le daba Sarah Connor en la segunda entrega de la franquicia. Debido a ello, sus investigaciones han seguido como si tal cosa, con el resultado que todos conocemos. La novedad es que aquí le acompaña también su hijo Danny Dyson, al que conocimos en 1991 siendo un chavalín. Hay que ver cómo crecen estos chicos: a poco que te despistas, ya te están diseñando un computador genocida.

Iluminado por el fuego

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Ya que hemos mencionado a John Connor, hay otro momento que también conviene tener en cuenta: aquel en el que vemos al ex mesías convertido en Anticristo futurista salir de una explosión, privado de su camuflaje humano pero aún vivo y coleando. ¿Te recuerda esto a algo? Pues claro que sí: al mítico plano de Terminator 2 en el que Robert Patrick abandonaba como si tal cosa los restos flamígeros de un camión, mostrándonos su verdadera forma. Tras tanto homenaje, la verdad, no nos extraña que a James Cameron le haya gustado esta película.

Recuerdos de infancia

Terminamos este exhaustivo repaso con dos detalles muy nostálgicos, y que seguramente habrán tocado el corazón de la vieja guardia: en esta película aparecen el radiocasette de John Connor (al que vimos por última vez en Terminator Salvation, cuando el personaje lo usaba para atraer terminators sobre ruedas) y también el mismo ciclomotor rojo que el muy macarra conducía en Terminator 2, y a bordo del cual huía del T-1000 y su camión En este último caso, el guiño se esconde en la casa del Kyle Reese adolescente y preapocalíptico.

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